ZARAGOZA, 30 de enero.
En un emotivo acto conmemorativo, la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha rendido homenaje este jueves a las víctimas del atentado que hace 38 años sacudió la capital aragonesa, perpetrado por la banda terrorista ETA contra un autobús militar cerca de la emblemática iglesia de San Juan de los Panetes.
El Ayuntamiento de Zaragoza organizó una ofrenda floral en el memorial adyacente al templo, un lugar donde se recuerda la trágica pérdida del comandante ingeniero del Ejército de Tierra, Manuel Rivera Sánchez, y del conductor Ángel Ramos Saavedra, entre otros que resultaron heridos en este ataque. En total, 44 personas sufrieron heridas durante el atentado.
Este atentado terrorista tuvo lugar el 30 de enero de 1987. En esa fatídica jornada, ETA hizo detonar un coche bomba en el momento en que un autobús militar se dirigía hacia la Academia General Militar, un evento que dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de la ciudad.
Durante su intervención, Chueca enfatizó la importancia de recordar a las víctimas, afirmando que los terroristas "les arrebataron lo más valioso que tenían: su vida". Además, subrayó el "deber moral" que tiene la sociedad de recordar a estas personas y honrarlas mediante actos conmemorativos anuales. "Reclamamos Memoria, Dignidad y Justicia", destacó con firmeza.
La alcaldesa también aludió a la actualidad, apuntando que, aunque hoy no haya asesinatos, las víctimas experimentan un dolor renovado cada vez que contemplan cómo los "herederos de ETA" están presentes en el Congreso y obtienen nuevas concesiones sin condenar los crímenes que cometieron. Chueca instó a todos a estar alerta ante lo que calificó como "manipulación histórica".
Además, criticó el "discurso manipulado y torticero" de aquellos que intentan "blanquear a los terroristas" y justificar las actividades criminales que persisten entre la juventud, quienes "no vivieron los años duros del terrorismo". En este contexto, hizo un llamado a la sociedad a frenar estos intentos de manipulación tanto democrática como histórica.
El acto contó con la participación de Ruth Bravo, concejala delegada de Víctimas del Terrorismo, y Lucía Ruiz, delegada de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en Aragón. A este homenaje también asistieron varios integrantes de la Corporación municipal, representantes de la Justicia de Aragón, miembros del Gobierno de Aragón, de las Cortes de Aragón, así como autoridades tanto militares como policiales.
Lucía Ruiz calificó el atentado como "un acto cobarde" que dejó "cicatrices profundas" en la sociedad, obligando a Zaragoza a afrontar nuevamente un proceso de superación y resiliencia ante el terrorismo que ha golpeado tan duramente a la ciudad.
"Es vital mostrar la fortaleza de una sociedad que se niega a ceder ante el miedo, que enfrenta la barbarie con justicia y que se une en pro de valores fundamentales como la verdad, la memoria, la dignidad y la justicia", defendió Ruiz, destacando la necesidad de mantener estos principios en el horizonte.
La representante de la AVT en la comunidad autónoma también enfatizó que el terrorismo representa un ataque directo no solo a las víctimas, sino a "los cimientos de nuestra sociedad". Cada atentado busca "imponer el silencio, la sumisión y el odio"; por ello, fue clara en su mensaje: "Hoy alzamos la voz, no solo para recordar a las víctimas del terrorismo, sino para comprometernos con un futuro libre de violencia".
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