El portavoz del grupo municipal de VOX en el Ayuntamiento de Zaragoza, Julio Calvo, ha enviado una carta a la alcaldesa, Natalia Chueca, en la que le pide que cumpla la doctrina del Tribunal Supremo establecida en la Sentencia 1163/2020. Según esta sentencia, no es compatible con el marco constitucional y legal vigente, ni con el deber de objetividad y neutralidad de las Administraciones Públicas, el uso de banderas no oficiales en el exterior de los edificios y espacios públicos, incluso de forma ocasional.
Esta incompatibilidad existe incluso cuando las banderas que se coloquen no sustituyan, sino que coexistan con la bandera de España y las demás banderas legal o estatutariamente instituidas, como es el caso de la bandera LGTBI que tradicionalmente se ha colocado en la fachada del Ayuntamiento.
En la carta, el portavoz de VOX pide a Chueca que respete la neutralidad de las Administraciones Públicas, evitando la utilización de banderas no oficiales o pancartas reivindicativas en el exterior de los edificios y espacios públicos, incluso de forma ocasional. Además, le insta a utilizar únicamente símbolos oficiales que representen a toda la ciudadanía.
A pesar de que el Ayuntamiento ha decidido sustituir la bandera LGTBI por una pancarta, VOX considera que esta simbología es excluyente y colectivista, y su exhibición supone una privatización del espacio público de uso común.
VOX argumenta que la colocación de estos símbolos es excluyente y electoralista, y vulnera los principios de objetividad y neutralidad institucional, tal como se ha determinado en sentencias, como la STSJ de Cataluña Sala de lo Contencioso Administrativo 579/2018.
Además, VOX señala que estos símbolos reivindican derechos que ya han sido conseguidos y están vigentes, y que no pueden ser distintos ni superiores a los derechos que disfrutan todos los españoles como ciudadanos, ya que la ciudadanía española es la única fuente de derechos en nuestro ordenamiento jurídico.
VOX destaca que la enseña nacional, que ondea a la entrada de cualquier edificio público, representa a la comunidad nacional y la igualdad entre todos los españoles sin distinción por sexo, raza, religión, opinión política u orientación sexual. Sin embargo, ciertos partidos, lobbies e instituciones pretenden imponer una división artificial de la sociedad en colectivos con necesidades y problemas excluyentes, y luego erigirse como sus defensores frente a una supuesta mayoría opresora.
VOX critica esta dialéctica perversa que promueve el enfrentamiento entre compatriotas según su sexo, orientación sexual o territorio, y la creación de símbolos que se utilizan como arma arrojadiza contra otros.
Para VOX, la bandera LGTBI carece de reconocimiento legal válido como símbolo oficial en ninguna administración territorial, y es un símbolo parcial y electoralista. Lo mismo ocurre con la pancarta que se utiliza como sustitución. Incluso muchas personas homosexuales rechazan ser colectivizadas y utilizadas como arma política, y piden que los poderes públicos aborden sus problemas de forma inclusiva y compartida con el resto de la sociedad, independientemente de su orientación sexual.
Según el portavoz de VOX, este tema no es de interés general para los vecinos, ya que las celebraciones no tienen que ver con los derechos de los homosexuales, sino que son impulsadas por grupos de interés y lobbies que buscan ganar poder y recibir subvenciones a costa del enfrentamiento social. En todos los partidos políticos hay personas con diferentes tendencias sexuales, homosexuales o heterosexuales, pero la condición sexual no debería tener ninguna relación ni condicionar la toma de decisiones políticas.