
Una empresa siderúrgica en Huesca ha sido el destino de más de 600 armas de todas las categorías que han sido destruidas a través del proceso de fundición, según informa la Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca.
Entre las armas que han sido achatarradas, se encontraban escopetas, rifles, pistolas, revólveres, carabinas de aire comprimido y armas blancas, entre otros objetos peligrosos para la seguridad ciudadana.
Estas armas, que estaban depositadas en diferentes Intervenciones de Armas y Explosivos ubicadas en Huesca, Monzón, Graus, Jaca y Monzón, fueron destruidas después de cumplir los requisitos y plazos de depósito establecidos por la Guardia Civil de Huesca.
La Ley establece que la Guardia Civil puede destruir aquellas armas que han sido intervenidas por estar implicadas en ilícitos penales o administrativos, o aquellas cuyos propietarios han dejado de ser aptos para llevar y usar armas de fuego.
Las Intervenciones de Armas y Explosivos de la Guardia Civil son las encargadas de controlar el acceso legal a las armas y la competencia estatal en materia de armas y explosivos. Los requisitos para obtener una autorización incluyen la carencia de antecedentes penales y la superación de pruebas teóricas y prácticas sobre el uso y manejo de armas.
En la provincia de Huesca, hay más de 15.000 autorizaciones de diverso tipo para poseer armas de fuego, que amparan a más de 27.000 armas de fuego entre armas para caza mayor, caza menor, tipo deportivo y seguridad privada, entre otros.
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