HUESCA, 27 de junio. En un acto que honrará su legado, el viaducto de Egea, situado en el municipio de Valle de Lierp, será nombrado en homenaje a Ramón Colom Gorgues, quien dedicó más de 40 años de su vida profesional como ingeniero jefe de Obras en la Diputación Provincial de Huesca. Colom, que falleció hace un año, será recordado por su incansable labor en el desarrollo de infraestructuras en la región.

El homenaje, fijado para el próximo 4 de julio a mediodía, tendrá lugar en el mismo viaducto que se rediseñará con su nombre. Desde la Diputación Provincial de Huesca han afirmado que Colom siempre se sentía “particularmente orgulloso” de esta obra monumental, reflejando no solo su habilidad profesional, sino también su pasión por el desarrollo local.

Isaac Claver, presidente de la Diputación, estará presente en el acto, acompañado del diputado de Obras, Álvaro Bescós, y el delegado provincial del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Miguel Estaún. Ellos serán los encargados de dar la bienvenida a un grupo selecto de autoridades, compañeros de trabajo y familiares que se reunirán para rendir tributo a la figura de Colom, alguien a quien en su gremio se le tenía gran aprecio y admiración.

Este viaducto, construido en el año 2011 sobre el barranco de Espluga, es una infraestructura crucial que conecta los valles del Ésera y el Isábena mediante la carretera HU-V-9601. Con una impresionante longitud de 153 metros y más de 60 metros de altura, la obra requirió la implementación de un innovador sistema de elevación de vigas, catalogado como pionero en el diseño de puentes a nivel mundial y aún considerado un referente en presentaciones académicas y técnicas, según explica Estaún.

La carrera profesional de Ramón Colom fue digna de mención, obteniendo en 2018 la medalla de honor de la Asociación Española de la Carretera, y en 2023, la medalla al mérito profesional por parte del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Colom también supervisó otros proyectos significativos en la provincia, como los túneles de Oza y el ensanche de la carretera de Hecho a Siresa, dejando una huella indeleble en la infraestructura de Huesca.