
ZARAGOZA, 12 de junio.
La situación en las aulas de algunos centros educativos de Aragón ha llevado a la Federación de Enseñanza de CCOO a presentar una queja formal ante la Inspección de Trabajo. El motivo de esta denuncia son las temperaturas inusuales que se han registrado, alcanzando niveles superiores a los 27 grados establecidos por el Real Decreto 486/1997 para garantizar condiciones adecuadas en los espacios interiores. Según informes recientes, algunas aulas han llegado a superar los 30 grados, lo que ha derivado en episodios de desmayos y golpes de calor entre alumnos y personal docente.
Desde el sindicato han subrayado que estas condiciones extremas violan no solo las normativas vigentes de seguridad laboral, sino que también amenazan la salud y bienestar tanto de los educadores como de los estudiantes.
CCOO ha criticado la falta de acción del Departamento de Educación y ha recordado que ya habían puesto en conocimiento de la Consejería su queja por no convocar a los Comités de Seguridad y Salud. Lamentan especialmente la actitud poco proactiva del director general de Personal, Formación e Innovación, José María Cabello, quien, según el sindicato, desestimó la gravedad del riesgo térmico durante una reunión a finales de mayo, donde se planteó la necesidad de implementar medidas urgentes.
La situación actual ha sido calificada por CCOO como una inacción “extremadamente grave”, poniendo en riesgo a toda la comunidad educativa. Han recibido una avalancha de quejas desde distintos centros de Zaragoza y Huesca, donde la temperatura ha superado de manera continua los 27 grados en las aulas.
Entre los centros afectados se encuentran el IES Sierra de Guara, el IES Lucas Mallada y diversas escuelas de Huesca, donde ya se reportaron temperaturas elevadas a primera hora de la mañana de este jueves. También se ha documentado un aumento significativo en varias escuelas en Zaragoza, como los CEIP Almozara y Julián Sanz Ibáñez, donde se han superado los 30 grados.
Frente a esta realidad alarmante, el sindicato exige “acciones urgentes” y un plan negociado para enfrentar temperaturas extremas a través del Comité de Prevención de Riesgos Laborales. Quieren que las instrucciones sean claras y se uniformen en todos los centros, con el fin de ajustar los horarios escolares, suspender actividades si fuera necesario y proteger a todos los involucrados en el proceso educativo.
CCOO ha insistido en la necesidad de dotar a los centros de herramientas básicas como termómetros homologados, fuentes de agua fresca y espacios resguardados del calor para el personal. También abogan por suministrar protección solar a los trabajadores que laboran al aire libre. Critican que el problema principal es la falta de inversión en la infraestructura educativa, muchos de los cuales son edificios antiguos que no han sido adecuadamente renovados desde su construcción.
Un ejemplo claro de esta falta de adecuación es la carencia de ventiladores de techo en las aulas, una medida que, aunque no resolvería el problema por completo, mejoraría considerablemente las condiciones actuales. “No es razonable priorizar el ahorro monetario sobre la salud y seguridad de los estudiantes y trabajadores”, recalcan.
Como respuesta a esta problemática, CCOO ha lanzado una campaña para concienciar sobre los efectos de las altas temperaturas en escuelas e institutos, suministrando termómetros para monitorizar las condiciones térmicas en las aulas.
Han declarado que, en consecuencia, las aulas se han transformado en espacios insoportables, donde es difícil llevar a cabo clases o realizar exámenes de manera efectiva. Asimismo, han reportado casos de desmayos y golpes de calor, una situación que consideran de suma gravedad y que exige medidas inmediatas para garantizar la salud de todos los involucrados.
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