
ZARAGOZA, 16 de junio. La pequeña localidad de Azuara, en Zaragoza, sigue lidiando con las secuelas devastadoras de la intensa tormenta que azotó la zona hace tres días. El desbordamiento del río Cámaras ha dejado a muchas viviendas bajo una capa de agua y lodo, haciendo que los vecinos se enfrenten ahora a la dura realidad de reconstruir sus vidas. Pedro, un residente afectado, no pudo contener su frustración al afirmar: "Nada se ha salvado, esto es inhabitable". Lamentablemente, también perdió uno de sus gatos esa fatídica jornada y ahora su planta baja ha quedado inutilizable.
Las recientes tormentas han tenido un impacto significativo en la región, siendo Azuara uno de los puntos más golpeados. Las lluvias torrenciales y el granizo han causado destrozos extensos en la comarca del Campo de Belchite y en las áreas aledañas de Teruel, congregando así la atención sobre la situación crítica que enfrenta la provincia de Zaragoza.
Pedro fue uno de los muchos que presenció cómo las aguas invadían su hogar de forma violenta, alcanzando casi metro y medio de altura. La planta baja de su casa resultó seriamente dañada, dejando nada más que ruinas a su paso.
En una conversación con Europa Press, compartió la angustiante experiencia de ver el barro invadir su vivienda. Aunque ya han logrado despejar la mayor parte del lodo, los estragos son evidentes: “No ha quedado nada a salvo”, exclamó, mientras agrupaba algunos objetos en un esfuerzo por recuperarlos.
Describió cómo el agua no entró de manera gradual, sino que irrumpió como un tsunami, arrasando todo a su paso. Cuando esto ocurrió, Pedro se encontraba en la planta baja, que ahora califica de "inhabitable". Afortunadamente, la familia pudo cerrar una puerta que separaba la parte baja del hogar, optando por refugiarse en el tejado para escapar del desastre.
Sin embargo, eso no fue suficiente para detener el avance del agua, que alcanzó la segunda planta antes de detenerse. En medio de ese caos, la incertidumbre reinaba, ya que aunque el nivel del río comenzaba a descender, la lluvia seguía cayendo sin descanso. Mientras se refugiaban en el tejado, podían oír a sus vecinos pidiendo ayuda, pero la oscuridad y la falta de luz hacían muy difícil visibilizar la situación.
Pedro también relató que su cuñado, que es tetrapléjico, sufrió graves riesgos debido a la tormenta, pero tuvo la suerte de ser rescatado por un familiar que utilizó su tractor para ayudarlo. "Si hubiera estado en su silla de ruedas, seguramente no lo hubiera contado", comentó, revelando que su cuñado se salvó porque quedó flotando en su colchón tras haberse acostado antes de que la inundación comenzara.
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