
La localidad de Fraga, en la provincia de Huesca, ha sido escenario de disturbios inquietantes que han conducido a la detención de 12 individuos por parte de la Guardia Civil. De esos, tres han sido enviados a la prisión de Zuera en Zaragoza. Los incidentes, que involucran a diferentes familias de nacionalidad marroquí, ocurrieron el 24 y 29 de junio, revelando una preocupante serie de riñas tumultuarias.
La primera confrontación se desencadenó en la noche del 24 de junio, cuando un vecino alertó a las autoridades sobre un altercado en plena calle. La intervención rápida de varias patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local permitió separar a dos grupos rivales y realizar la identificación de siete personas implicadas. Las consecuencias de esta pelea fueron graves, con un herido por arma blanca y otros con moretones y erosiones visibles.
Durante las investigaciones, los agentes hallaron una peligrosa réplica de arma de fuego, así como botellas de cristal que se utilizaron durante la lucha y una barra metálica que servía como posible instrumento de agresión. Todo apunta a que esta riña fue provocada por problemas previos entre los grupos, lo cual ha llevado a la Guardia Civil a actuar con firmeza.
En un momento posterior, las autoridades comenzaron a investigar otro caso de violencia. Un ciudadano rumano denunció haber sido agredido junto a su hija por cinco hombres al salir de un establecimiento. Mientras tanto, el 27 de junio, se produjo una nueva pelea en un bar cercano, donde los mismos grupos de la denuncia anterior volvieron a chocar, lanzando sillas y botellas, poniendo en riesgo a otros clientes que se encontraban en el local.
La tensión no se detuvo allí; la madrugada siguiente se reportaron amenazas en el hogar de uno de los involucrados, donde se exhibieron cuchillos de gran tamaño, indicando un escalofriante ambiente de hostilidad tras la pelea anterior.
Finalmente, una tercera riña tuvo lugar el 29 de junio, cerca de la vivienda de uno de los implicados, resultando en más agresiones físicas, incluida una persona con lesiones por los golpes. En respuesta a esta oleada de violencia, la Guardia Civil detuvo, entre el 30 de junio y el 2 de julio, a otros 10 individuos, cada uno enfrentando cargos que van desde lesiones hasta pertenencia a un grupo criminal, lo que sugiere un lamentable ciclo de conflicto que afecta a la comunidad.
La situación en Fraga pone de manifiesto la necesidad de abordar de manera más efectiva estos problemas de violencia y desavenencias entre comunidades, ya que los recientes acontecimientos generaron gran preocupación entre los ciudadanos y resaltan la urgencia de un enfoque más riguroso en la prevención del crimen y la restauración del orden social.
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