
La búsqueda de Alejandro Aranda, un joven originario de Alcalá de Moncayo, continúa en Valladolid bajo la dirección de la Policía Nacional tras su misteriosa desaparición el 22 de marzo. Las autoridades no están descartando ninguna posible línea de investigación en este caso inquietante.
Este miércoles, el comisario provincial Francisco Oterino se reunió con Julia González, superintendente de la Policía Municipal de Valladolid, y Javier Reinoso, jefe del servicio de Bomberos. En este encuentro también participaron otros altos mandos policiales, incluido el encargado de la Brigada de Homicidios y Desaparecidos, que lidera los esfuerzos para dar con el paradero del joven.
La reunión se centró en optimizar las estrategias de búsqueda para abordar cada pista que pueda conducir a Alejandro, enfatizando el deseo de unir recursos y esfuerzos entre las diversas instituciones involucradas.
Durante el encuentro, se destacó la colaboración activa entre la Policía Municipal y la Policía Nacional. Las fuerzas policiales locales están utilizando sus recursos aéreos para cubrir terrenos de difícil acceso en la búsqueda del desaparecido. Por su parte, los Bomberos de Valladolid están proporcionando apoyo logístico y personal para explorar las zonas cercanas al río, un área que, aunque no es considerada la línea principal de investigación, no puede ser ignorada.
Desde el primer momento de la desaparición, las autoridades han llevado a cabo una búsqueda minuciosa y han mantenido informada a la familia sobre el progreso y las estrategias utilizadas en la investigación.
La policía está siguiendo todas las pistas recibidas, tanto de ciudadanos como de las investigaciones internas, con seriedad y atención. Sin embargo, hasta el momento, estos esfuerzos no han producido resultados concluyentes.
El equipo de Homicidios y Desaparecidos está particularmente enfocado en determinar el recorrido que siguió Alejandro antes de su desaparición. Las llamadas y aportaciones que podrían proporcionar pistas son tomadas en serio y examinadas detenidamente por los investigadores.
Las unidades de policía de Valladolid reciben constantemente actualizaciones sobre la apariencia del joven, que se describe como un hombre de 1,88 metros de altura, lo que le permite ser fácilmente reconocible.
Al momento de su desaparición, Alejandro vestía una cazadora de cuero negro, un chándal negro y botas de trekking. El cuerpo policial solicita la colaboración del público para reportar cualquier información al 091 de la Policía Nacional o al 112 de Emergencias en Castilla y León.
Alejandro, que trabajaba como guía para el Imserso, llegó a Valladolid para liderar un grupo turístico. Tras un día aparentemente normal, fue visto por última vez el domingo por la noche cuando salió del Hotel Olid, dejando su teléfono móvil en la habitación y perdiéndose su rastro. Su maleta fue encontrada abandonada cerca del Museo Nacional de Escultura.
El entorno de Alejandro ha manifestado su preocupación, ya que él padece esquizofrenia y podrían haberse interrumpido sus tratamientos médicos. Su familia ha instado a que se concentren las búsquedas en áreas naturales, teniendo en cuenta su pasión por el aire libre, lo que podría indicar que se encuentra en una zona rural o montañosa.
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