
En la emblemática Plaza del Pilar de Zaragoza, más de 64.000 personas han presentado sus ramos hasta las 18:30 horas, mientras que la afluencia de visitantes superó las 300.000. Este año, el evento ha sido testigo de una vez más de la profunda devoción y el amor que el pueblo siente por la Virgen del Pilar, convirtiéndose en un verdadero fenómeno internacional que atrae a personas de diversas culturas y países.
El clima de la jornada, un agradable y prolongado veranillo de octubre, ha favorecido la participación de familias y grupos de amigos, quienes lucieron sus trajes tradicionales y disfrutaron del ambiente festivo para rendir homenaje a la patrona de la Hispanidad. Con cada paso hacia el Pilar, se hizo palpable el respeto y la admiración que la Virgen genera, reflejando una rica herencia cultural.
Con un récord de 1.158 grupos inscritos, el evento mostró un aumento del 11,60% en comparación con el año anterior, lo que refuerza el compromiso de las comunidades con esta tradición. Desde instituciones hasta colectivos de diversas profesiones, todos han desfilado en honor a un símbolo religioso que trasciende fronteras y creencias.
La participación ha sido especialmente notable entre los más jóvenes, quienes, con paciencia y entusiasmo, han lucido vestimentas tradicionales en un acto que se ha consolidado como el más emblemático de las celebraciones de las Fiestas del Pilar. Cada año, esta tradición fortalece los lazos familiares y el sentido de comunidad.
A primera hora de la mañana, la agrupación 'Costureras Malotas' dio inicio al desfile a las 6:30, a pesar de las inclemencias del tiempo inicial. A medida que avanzaba el día, el sol hizo su aparición, elevando las temperaturas a más de 20 grados y asegurando una multitudinaria celebración. Desde el Paseo de la Independencia, el recorrido hacia la Plaza se realizó con fluidez hasta ciertos puntos donde la afluencia comenzó a ralentizarse.
Este año, Perú fue el país invitado, ofreciendo un espectáculo vibrante de danzas y colores que homenajeaban su diversa geografía. Mientras tanto, grupos folclóricos de Aragón y otras partes del mundo, con trajes tradicionales, también se unieron para honrar a la Virgen en un ambiente que cada vez se tornaba más festivo.
A medida que avanza la jornada, desde el consistorio se comunicó que más de 25.000 personas habían cumplido con su promesa a la Virgen. Sin embargo, el flujo se vio interrumpido por la llegada de grupos que decidieron cambiar su horario, generando largas colas y frustración entre quienes esperaban avanzar hacia su objetivo.
Durante un emotivo momento, a las 11:30, se guardó un minuto de silencio frente al Ayuntamiento en memoria de una reciente agresión sexual, un acto que reunió al consistorio y a la comunidad en una muestra de unidad, antes de proceder a participar en la misa pontifical.
Las Fuerzas Armadas también fueron parte del homenaje, con el tradicional paso de aviones que sobrevolaron la Plaza del Pilar en un acto de respeto a la Virgen. Los F-18 de las bases aéreas locales, junto a aeronaves de carga, sorprendieron a los asistentes con su imponente paso.
El bullicio en bares y restaurantes circundantes contrastó con el descenso en el flujo de oferentes durante las horas centrales de la jornada. No obstante, tras la comida, la Ofrenda recobró su energía con una afluencia aún mayor, llenando el Paseo de la Independencia con música y danza, mientras la voz de la megafonía daba paso a los diferentes grupos.
La incesante llegada de oferentes individuales y la agilidad de los grupos en su trayecto hacia la Plaza confirmaron que la Ofrenda de Flores es un evento que, lejos de decrecer, se reafirma como una expresión vibrante de fe y comunidad en Zaragoza.
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