
La presidenta de las Cortes de Aragón, Marta Fernández, ha expresado su firme convicción de que la comunidad aragonesa no puede aceptar ser considerada una región marginal ni olvidada. En un reciente acto institucional con motivo del Día de Aragón, destacó la importancia del artículo 14 de la Constitución, afirmando que los aragoneses han contribuido al principio de igualdad y deben recibir un trato equitativo en servicios públicos en comparación con otras comunidades.
Fernández, en su discurso, reivindicó la singularidad de Aragón, resaltando que su identidad, ya sea de turolenses, oscenses o zaragozanos, enriquece la construcción de España. Las Cortes de Aragón se presentan como un espacio vital para la expresividad de la voluntad de los aragoneses y operan dentro del marco constitucional, respetando siempre la legalidad vigente.
La presidenta enfatizó que Aragón forma parte integral de una historia compartida y que su identidad se ha formado no en el aislamiento, sino a través de un compromiso leal con el resto del país. Insistió en la necesidad de ser reconocidos como iguales, sin privilegios ni excepciones.
Al abordar los tiempos difíciles que atraviesa la sociedad, destacó la creciente desconfianza en las instituciones y la percepción de que las decisiones se toman a distancia, sin tener en cuenta las necesidades reales de los ciudadanos. Fernández subrayó que es imperativo actuar para que Aragón no se convierta en un territorio desatendido en el contexto de la administración central.
Además, hizo hincapié en la relevancia del sector primario y el grave problema de la despoblación que afecta a la región. Fernández solicitó que se respete el trabajo de los agricultores y ganaderos, y que se protejan de políticas que no reflejan su realidad. Afirmó que deben ser reconocidos como custodios de la soberanía alimentaria y de la cultura agrícola.
En su intervención, la presidenta también destacó la responsabilidad del Parlamento en la defensa del desarrollo rural y la necesidad de luchar contra el abandono de los pueblos. Planteó la urgencia de implementar medidas que ofrezcan oportunidades de vida en el ámbito rural, subrayando que esto no puede ser obstaculizado por falta de sensibilidad o entendimiento hacia sus problemas.
Fernández destacó que la despoblación es un desafío crítico en Aragón, afectando a muchos municipios con poblaciones reducidas. Y recalcó que estas comunidades, que son parte integral de la identidad española, merecen atención y consideración por su contribución a la riqueza cultural y alimentaria del país.
La presidenta también se refirió a la importancia de garantizar que los derechos y servicios de los aragoneses no sean menoscabados por presiones externas, especialmente en el contexto de movimientos independentistas. Hizo hincapié en que el Parlamento ha buscado el amparo del Tribunal Constitucional frente a iniciativas que amenazan la unidad y derechos fundamentales.
En el ámbito de la seguridad, Fernández expresó su preocupación por el aumento de la criminalidad, argumentando que la seguridad es un derecho fundamental que debe ser garantizado para todos. Hizo un llamado a fortalecer la presencia de cuerpos de seguridad en toda la región y a devolverles el reconocimiento que merecen por su labor.
Recordó a aquellos que han luchado por la libertad y la seguridad, especialmente en relación con la memoria histórica de la violencia terrorista de ETA en Aragón. Fernández condenó cualquier intento de legitimar o blanquear el legado de esta organización, subrayando la necesidad de justicia para las víctimas.
Finalmente, cerró su discurso dirigiéndose a la juventud, resaltando la importancia de crear un entorno donde puedan prosperar y construir su futuro. Fernández instó a desarrollar políticas que apoyen a las familias y promuevan la estabilidad económica, garantizando así un futuro viable para la nueva generación en Aragón.
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