
El pasado fin de semana, Polanco se convirtió en el epicentro de la gastronomía española al acoger la séptima edición de la Feria Nacional del Tomate Antiguo, un evento que atrajo a miles de aficionados y curiosos. Durante dos días, los asistentes tuvieron la oportunidad de disfrutar de una variada programación que incluyó showcookings, catas y la entrega de semillas, convirtiendo esta festividad en un homenaje a uno de los productos más emblemáticos de nuestra tierra.
En el evento, un tomate originario de Zaragoza, que estuvo a punto de desaparecer en la década de los 80, se destacó al ser nombrado el Mejor Tomate de España 2025. Este pequeño tomate rojo, del tamaño de una pelota de ping pong, había perdido popularidad debido a su escasa producción, pero gracias a los esfuerzos del Centro de Investigación Agraria de Aragón y del compromiso de agricultores como los de Huerto EsVida, este tesoro culinario ha vuelto a tomar protagonismo.
En la emocionante final, este excepcional tomate logró imponerse a otras variedades destacadas, incluyendo el de Aretxabaleta, que había sido el campeón en las ediciones de 2021 y 2022, y a un tomate conocido como 'tío Asensio', proveniente de Sigüenza, en Guadalajara. Del mismo modo, el tomate Moya Verde, cultivado por Luis Bolado, sorprendió al ganar la categoría internacional, superando reconocidas variedades como el English Rose y el tomate Champagne.
El certamen contó con un jurado de renombre, que incluyó a Pablo Gómez, responsable de la feria, así como a influencers gastronómicos y expertos como Darío Fernández, Virginia Alonso, la enóloga Irene Rodríguez y el chef Antonio Vicente, todos comprometidos con la promoción de nuestra rica herencia agrícola.
Un aspecto destacado del evento fue la preservación de agentes vitales como el Banco de Semillas de Tomate Antiguo, que se encargará de guardar las semillas de los tomates ganadores para futuras ediciones de la Feria. Este año, el entusiasmo por la agricultura y la tradición se evidenció con la distribución de cerca de 2.000 sobres con semillas de antiguas variedades entre los asistentes.
La Feria no solo celebró la diversidad del tomate, sino que también reconoció el esfuerzo de aquellos que mantienen viva la cultura gastronómica de nuestras tierras. En este sentido, la enóloga cántabra Irene Rodríguez Artieta y el chef Antonio Vicente fueron honrados con el título de Tomateros Mayores, un galardón que resalta su dedicación hacia la tradición y la calidad gastronómica del tomate, según informó el Ayuntamiento.
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