Congreso en Aragón resalta la necesidad de controlar el uso de pantallas y abordar temas de prevención del suicidio y neurociencia en las familias.

Este viernes, Zaragoza se ha convertido en el escenario del I Congreso de Familias de Aragón, un evento que pone de relieve los importantes desafíos a los que se enfrentan los padres y madres en la actualidad. Temas como el control del uso de pantallas, la prevención del suicidio, y la influencia de la neurociencia en la educación familiar se encuentran en la agenda de este congreso, con una especial atención a los valores en los diversos modelos de unidades familiares.
Carmen Susín, consejera de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón, ha subrayado la intención de este congreso como un espacio privilegiado de diálogo entre familias y expertos reconocidos. Su objetivo es abordar abiertamente los problemas que hoy afectan a los hogares aragoneses, fomentando la comunicación y la colaboración.
Un aspecto esencial en la agenda del congreso es el concepto de "cuidarse para cuidar", tal y como lo ha expresado Susín. La consejera ha enfatizado la importancia del bienestar emocional de los padres para poder, a su vez, asegurar el bienestar de sus hijos, un tema que adquirirá protagonismo a lo largo de las discusiones.
La respuesta de los asistentes ha superado las expectativas, con más de 450 inscritos, lo que Susín ha valorado como un claro indicador del interés que suscita el tema. También ha elogiado el trabajo de la Dirección General de Familias, que ha hecho posible este importante encuentro y ha destacado la necesidad de ofrecer herramientas útiles a las familias para enfrentar los desafíos actuales.
Uno de los expertos que participarán en el congreso es el psicólogo Javier Ibáñez, presidente de Psicara, quien ha alertado sobre el lado negativo de las redes sociales. Si bien pueden ser un vehículo de riesgo que expone a los jóvenes a contenidos nocivos, también tienen el potencial de ser un recurso positivo que fomente la conexión y la pertenencia entre ellos, siempre que se utilicen con responsabilidad.
Ibáñez ha recordado que el uso indebido de las redes puede incrementar el riesgo entre los jóvenes, especialmente en relación con los llamados retos virales, que a menudo llevan a situaciones peligrosas. Reconocer cambios de comportamiento y ciertas señales de alarma en las redes sociales es fundamental para detectar posibles conductas suicidas entre los más jóvenes.
A pesar de que el suicidio siempre ha sido un problema presente, el psicólogo sostiene que la atención hacia esta conducta ha crecido, aunque no de manera alarmante. Lamentablemente, parece que la sociedad ha estado distraída y ha ignorado ese problema durante demasiado tiempo. El hecho de que este congreso aborde la prevención del suicidio es una noticia esperanzadora, según Ibáñez, quien confía en que será un paso hacia una mayor comprensión de este fenómeno y de sus señales de alerta.
Las estadísticas nacionales reflejan una prevalencia de muertes por suicidio de alrededor de 8 por cada 100.000 habitantes, siendo los jóvenes de 10 a 19 años un grupo particularmente vulnerable. Aunque las cifras han mostrado un ligero aumento, se espera que las estadísticas de 2024 revelen una tendencia hacia la baja.
Ibáñez hizo hincapié en que el fenómeno de la conducta suicida se extiende más allá de las muertes, ya que por cada suicidio consumado hay, en promedio, 20 intentos. Este dato subraya la urgencia de abordar esta problemática desde una perspectiva integral que involucre a toda la sociedad.
Por su parte, Eva Fortea, directora general de Familia, Infancia y Natalidad, ha ensalzado el papel crucial que las familias desempeñan en la sociedad. Según Fortea, las relaciones familiares no operan en un vacío, sino que están influenciadas por factores sociales, económicos y políticos, lo que plantea una serie de retos a los que las familias deben enfrentarse cada día.
Fortea ha enfatizado la necesidad de proporcionar apoyo a las familias, considerándolas un bien público que merece recursos y formación por parte de las instituciones. Hacerlo no sólo les permitirá abordar los retos diarios, sino que también contribuirá a la salud emocional y el bienestar de todos los miembros de la familia.
Dentro de los retos discutidos en el congreso, la prevención del suicidio se destacó como uno de los más urgentes, así como la necesidad de abordar el uso responsable de las pantallas. En este sentido, se abordará el bienestar digital en familia, buscando mejorar la comunicación entre padres e hijos y entre distintas generaciones, todo en un contexto en el que la salud emocional y la autoestima cobran vital importancia.
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