Fundación Ibercaja y Museo de Teruel presentan exposición de arte contemporáneo en honor a Miguel de Molinos.
Teruel, 7 de noviembre. Desde este viernes, la ciudad de Teruel se transforma en un punto de encuentro para los amantes del arte contemporáneo con la inauguración de 'El baluarte de la nada'. Esta exposición, impulsada por Fundación Ibercaja en colaboración con el Museo de Teruel, rinde homenaje a Miguel de Molinos, un destacado místico y teólogo originario de Muniesa, presentando obras de siete artistas contemporáneos que reinterpretan su valioso legado espiritual.
En la rueda de prensa inaugural, estuvieron presentes figuras clave como José Luis Rodrigo, director general de Fundación Ibercaja; Beatriz Redón, diputada delegada del Servicio de Igualdad de la DPT; Beatriz Ezquerra, directora del Museo de Teruel; Alejandro J. Ratia, comisario de la exposición, así como los artistas participantes, quienes compartieron su entusiasmo por formar parte de este prestigioso evento.
'El baluarte de la nada' no solo refleja el compromiso de Fundación Ibercaja por difundir la cultura y el arte, sino que también representa un esfuerzo por llevar estas iniciativas a todos los rincones del territorio, contribuyendo así al desarrollo social y cultural de la región.
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 18 de enero de 2026, conecta a las obras de los artistas con las enseñanzas de Molinos, centrándose en temas como la búsqueda del silencio y la libertad interior, conceptos que son tan relevantes hoy como lo fueron en su tiempo.
Entre los siete creadores seleccionados se encuentran nombres reconocidos en el ámbito nacional e internacional, como Ricardo Calero, Jacobo Castellano, Inma Femenía, Álvaro Negro, Charo Pradas, Fernando Sinaga y Susana Talayero, cada uno de los cuales explora las intersecciones entre espiritualidad, arte y reflexión estética.
La exposición, compuesta por 21 obras que incluyen pinturas, esculturas, fotografías e instalaciones, busca evocar la poética del silencio y la "fertilidad de la nada", elementos que invitan a la introspección y a un cuestionamiento más profundo de nuestra realidad.
Con esta presentación, tanto Fundación Ibercaja como el Museo de Teruel se proponen resaltar la importancia del legado espiritual de Miguel de Molinos, quien figura entre los grandes pensadores de la mística histórica, y cuyas ideas sobre el silencio y la introspección resuenan con fuerza en nuestra sociedad actual.
Esta viaje artístico brinda a los visitantes la oportunidad de desconectar de un mundo saturado de información y estímulos, exaltando la contemplación y la búsqueda de espacios creativos a través de la ausencia y el silencio.
Cada uno de los artistas aporta su visión única en la muestra. Fernando Sinaga, por ejemplo, crea esculturas y objetos que buscan tocar lo esencial del ser humano. Ricardo Calero se adentra en la idea de una "nada fértil", transformando lo insignificante en un potencial creativo inmenso.
Álvaro Negro utiliza la pintura como un puente entre lo visible y lo invisible, desafiando los límites del tiempo y la materia, mientras que Susana Talayero transforma la pintura en instalaciones que invitan a una experiencia sensorial. Charo Pradas conecta la pintura con la introspección de manera íntima, y Jacobo Castellano aborda el diálogo entre la presencia y la pérdida, empleando objetos cargados de historia. Inma Femenía utiliza luz y tecnología para explorar lo intangible.
Como parte de esta iniciativa cultural, un catálogo de la exposición ha sido publicado, enriqueciendo la discusión sobre el impacto del misticismo aragonés en el arte contemporáneo, con contribuciones de personalidades como el comisario Alejandro J. Ratia y expertos en la figura de Molinos, como Glòria Picazo y Jesús Ezquerra.
'El baluarte de la nada' se presenta como un evento de relevancia nacional, diseñado para ser accesible a todos y para elevar el perfil del arte contemporáneo, destacando la riqueza cultural y patrimonial de Teruel.
Miguel de Molinos (1628-1696), sacerdote y místico aragonés, dejó una huella profunda en el pensamiento espiritual del siglo XVII. Después de formarse en teología en Valencia, se trasladó a Roma, donde escribió su notable 'Guía espiritual' en 1675, que se convirtió en obra clave del quietismo, defendiendo la unión con Dios a través de la quietud y la reflexión interior.
Sin embargo, sus enseñanzas fueron vistas como heréticas, y su vida terminó en prisión a manos de la Inquisición. Hoy su legado sigue vivo, inspirando nuevas generaciones a explorar la libertad espiritual y la búsqueda del silencio interior.
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