Empleados exigen comunicación y reapertura de Zonas Jóvenes clausuradas por la "necesidad de respuesta" del Ayuntamiento de Zaragoza.

El creciente descontento en Zaragoza podría traducirse en nuevas manifestaciones si el Gobierno municipal continúa su firme postura en la imposición del nuevo modelo de servicios para jóvenes.
ZARAGOZA, 1 de septiembre.
Recientemente, los líderes de las Zonas Jóvenes de Zaragoza, Susana Satué y José Antonio Yagüe, han solicitado la creación de un foro de diálogo para resolver la tensión existente en torno a este servicio. Esta demanda surge ante lo que consideran una “terquedad” del Gobierno local, que ha llevado al cierre de ocho centros de juventud en el último período, afectando a barrios como Parque Goya, Santa Isabel, Arrabal, La Jota, Miralbueno, Valdefierro, Casablanca y Oliver.
La petición fue formulada tras una reunión con el secretario de Estado de Juventud e Infancia, Rubén Pérez Correa, en el grupo municipal de Zaragoza en Común (ZeC). Yagüe expone que la falta de voluntad del Ayuntamiento para negociar y entender las necesidades de los jóvenes es preocupante, destacando que únicamente se ha intentado implementar su plan sin consultar a los afectados.
Entre sus principales exigencias se encuentra la reactivación de las ocho Zonas Jóvenes que consideran “desaparecidas” y “matadas” por las decisiones municipales. El cierre de estos espacios, anunciado el 1 de agosto, ha dejado a muchos jóvenes sin recursos para su desarrollo personal y social.
Además, han exigido un “pliego digno” que garantice condiciones laborales justas para los trabajadores involucrados, incluyendo aquellos que participan en los Proyectos de Integración de Espacios Escolares (PIEE). Yagüe ha calificado los actuales contratos de “pliegos de la vergüenza”, instando a que la situación no continúe así.
Yagüe también ha abogado por la remunicipalización de los servicios juveniles, enfatizando que su privatización ha generado precariedad y un deterioro notable de la calidad del servicio. En este sentido, convocó a la comunidad a participar en una concentración programada para esta tarde frente a la Zona Joven en Parque Goya, donde se llevarán a cabo diversas actividades y se espera un significativo número de asistentes.
Aunque el secretario de Estado reconoció que la decisión de cerrar centros es competencia municipal, se exploraron vías de colaboración entre distintas administraciones para intentar llegar a un consenso que beneficie a los jóvenes. La portavoz de ZeC, Elena Tomás, añadió que la problemática del cierre de espacios juveniles no es exclusiva de Zaragoza, haciendo eco de una tendencia en otras comunidades autónomas que amenaza el futuro de las políticas de juventud.
Por su parte, Susana Satué ha subrayado que la decisión del Ayuntamiento de cerrar estos centros fue un acto unilateral, advirtiendo que no se consultó a la ciudadanía. Esta medida, según ella, afecta a siete barrios que perderán sus referencias en el ámbito juvenil y dejará a muchos jóvenes sin las oportunidades de desarrollo y ocio necesarias.
El 1 de septiembre también entraron en vigor significativos recortes que afectan a los PIEE, consecuencia de la falta de interés del Gobierno municipal en mantener un proceso transparente y consultivo. Satué resaltó que, en plena época estival, se comunicaron estas decisiones y que varios trabajadores se verán directamente perjudicados por los despidos inminentes.
Asimismo, alertó sobre la posibilidad de que la nueva normativa conduzca al cierre de un gran número de zonas escolares, dejando a muchos jóvenes sin su red de apoyo. En relación con esto, ha señalado la intención del Área de Juventud de compensar a las empresas de acuerdo con los despidos que se producirán, lo que se interpreta como una falta de responsabilidad en la gestión de los recursos públicos.
Las cifras indican que la reducción en la presencia del PIEE en los centros educativos podría alcanzar entre un 66 y un 80 por ciento, afectando a miles de jóvenes que diariamente se benefician de estos servicios. Satué enfatizó que no existe ningún respaldo social que justifique el cierre de estos centros, que ofrecen proyectos socioeducativos necesarios para el bienestar juvenil.
Yagüe concluyó con una crítica contundente al nuevo modelo propuesto por el Ayuntamiento, describiéndolo como consumista y alejado de las verdaderas necesidades de los jóvenes. Según él, el modelo actual carece de un enfoque educativo y social y no se ajusta a lo que los jóvenes realmente demandan.
Finalmente, Yagüe sin duda apuntó que es crucial reconocer y escuchar a los jóvenes, quienes buscan un espacio seguro de encuentro y socialización. La situación actual, bajo un gobierno que parece estar desconectado de las realidades juveniles, podría tener consecuencias duraderas sobre la comunidad, una preocupación que ha resonado entre los involucrados.
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