
ZARAGOZA, 13 Abr. – La actividad de cebo de terneros se erige como un pilar esencial en la economía ganadera de Aragón, aportando un significativo 16,4% a la producción final ganadera de la comunidad. Con más de 300,000 terneros en 2,000 cebaderos, el sector bovino aragonés desempeña un papel fundamental en el posicionamiento de España dentro de la Unión Europea (UE), solo superado por potencias como Francia y Alemania.
Este sistema de cebo se fundamenta en el engorde tanto de terneros de procedencia nacional como importada, con una dieta que se compone en un 90% de piensos concentrados. En la formulación de estas mezclas, ingredientes como el maíz y la soja se destacan por su aporte energético y proteico, aunque su origen mayoritariamente importado se convierte en una preocupación ante la posible implementación de impuestos que podrían alcanzar el 25% sobre las importaciones estadounidenses, en un contexto de tensiones comerciales.
Desde el Departamento de Ciencia Animal del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), se han puesto en marcha diversas iniciativas para mejorar la autosuficiencia de las explotaciones ganaderas, priorizando el uso de recursos locales en las dietas de los animales. Un proyecto de notable interés está centrado en la exploración de nuevas alternativas alimenticias, como el raspón de vid y la esparceta, ambos subproductos agroindustriales, destinados a enriquecer las dietas de cebo y fomentar así la economía circular.
El proyecto denominado 'Inclusión de recursos locales en dietas de cebo de vacuno: Biomarcadores de eficiencia y calidad (LocalBeef)', liderado por la investigadora Mireia Blanco y con la colaboración de varios expertos del CITA y la Universitat de Lleida, busca evidenciar la viabilidad de estas alternativas. Recientemente, se han divulgado los resultados de un estudio que apunta a que el guisante grano puede reemplazar efectivamente tanto a la soja como al maíz en los piensos de cebo, gracias a su elevado contenido en proteínas y almidón.
Este ensayo, llevado a cabo en la Finca Experimental La Garcipollera, incluyó comparativas sobre rendimientos técnicos, reacciones digestivas y metabólicas, así como la calidad de la carne y canales de los terneros alimentados con diferentes proporciones de guisante grano. Los hallazgos no solo respaldan la idea de aumentar la autonomía proteica, como fomenta la UE, sino que también revelan que incorporar hasta un 30% de guisante en las dietas no repercute negativamente en los rendimientos técnicos ni en la calidad de los productos, además de ofrecer mejores resultados económicos incluso en contextos de aumentos en los costos de insumos tradicionales.
El proyecto LocalBeef (PID2021-128492OR-100) forma parte de la convocatoria 'Proyectos Generación de Conocimiento' del Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2021-2023, impulsado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
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