
Raúl Solana, el jefe de la brigada de Sarga que se encuentra en la provincia de León para combatir los incendios, ha compartido su experiencia enfrentando un trabajo intenso y físicamente demandante. Ha mencionado que las condiciones son difíciles debido a los caminos poco accesibles y la necesidad de ascender rápidamente por las laderas, donde el fuego ha crecido considerablemente.
“Cuando estás en el terreno, debes sacrificarte y dar lo mejor de ti”, expresó Solana al reconocer la fatiga que implica la labor. Sostuvo que su equipo está acostumbrado a trabajar bajo estas circunstancias, aunque las empinadas laderas y el denso monte han desafiado incluso a los más experimentados. “Es un panorama complicado, y el fuego se ha propagado rápidamente”, comentó.
Un grupo de cinco bomberos provenientes de Ayerbe, en la provincia de Huesca, se desplazó primero a la área de Riaño y luego a los focos de Valverde de la Sierra y Los Espejos de la Reina en Boca de Huérgano. Según Solana, el primer día se encontraron con múltiples focos activos y tuvieron que implementar cortafuegos para estabilizar la situación.
En su labor, se concentraron en asegurar los flancos más críticos hasta que lograron controlar el incendio. “Hemos hecho un buen trabajo y hemos dejado la zona en buenas condiciones”, afirmó el jefe de brigada, cerrando la intervención de su equipo con optimismo.
La colaboración ha sido clave en el operativo, trabajando en conjunto con una cuadrilla de Calatayud y unidades helitransportadas de Calamocha, además de bombonas de Sabiñánigo y Cetina. Este esfuerzo conjunto aglutinó a diferentes recursos y personal, incluyendo un técnico y un capataz, para combatir las llamas eficazmente.
Equipos de desbroce y motosierras fueron enviados para crear líneas de defensa. Solana explicó que esta técnica consiste en limpiar el terreno para evitar que el fuego se extienda, cortando primero los materiales más gruesos, seguido del desbroce y finalmente la limpieza detallada a mano.
En contacto con la comunidad local, Solana destacó la hospitalidad y gratitud de los residentes, quienes desearon saber más sobre su labor. “Nos despedían con aprecio y quisieron que nos quedáramos más tiempo, pero las condiciones físicas no lo permiten”, relató, expresando su satisfacción por haber sido bien recibidos.
El jefe de la brigada indicó que, aunque la situación era delicada, no experimentaron miedo gracias a la meticulosa evaluación previa del entorno. “Por suerte, logré evitar situaciones riesgosas”, afirmó, resaltando la necesidad de prepararse ante cada eventualidad.
Con ansias de reunirse con sus seres queridos, Solana mencionó que en su trayectoria se encontraron localidades que habían sido desalojadas. “Cuando finalizamos nuestras actividades, se reportaron nuevas reproducciones de fuego, generando columnas de humo preocupantes, aunque no representaban un peligro inminente”, apuntó.
Aún queda mucho por hacer en la zona afectada, advirtió, con compañeros que permanecerán en Castilla y León debido a la magnitud de la situación. “Esto no se resuelve en cuestión de días”, afirmó, mencionando que la altitud de aproximadamente 1.800 metros también complica el control del incendio, ya que los vientos variables pueden reavivar puntos críticos. “Hay mucho trabajo por delante”, concluyó.
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