ZARAGOZA, 19 de agosto.
El Gobierno de Aragón, a través del Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación, ha dado a conocer en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) la Orden AGA/1005/2025, fechada el 6 de agosto. Esta regulación establece un nuevo marco para la concesión de ayudas a explotaciones que han sufrido las consecuencias del fuego bacteriano, afectando especialmente a perales y membrilleros en la región. La intervención inicial está dotada con 500.000 euros, financiados íntegramente por fondos autonómicos.
Es la primera vez en más de diez años que la Consejería implementa un plan específico para abordar la problemática del fuego bacteriano desde que se identificó en la comunidad. Este enfoque busca facilitar la reconversión varietal de los cultivos que han sido dañados.
El fuego bacteriano ha ido ganando terreno en los últimos años, sobre todo en la Comarca de Calatayud, donde prácticamente todas las 470 hectáreas dedicadas a estos cultivos se ven afectadas. La enfermedad compromete la salud de los perales y membrilleros, provocando una situación alarmante para los fruticultores locales.
Las nuevas normas definen los requisitos que deben cumplir las explotaciones agrícolas de peral y membrillero para acceder a estas ayudas. Los fruticultores podrán recibir subvenciones para llevar a cabo acciones como el desmonte de plantas enfermas y la replantación con variedades que ofrezcan mayor resistencia.
La gestión de estas ayudas se realizará en línea, facilitando el proceso administrativo al reducir la documentación necesaria cuando esta ya se encuentra en poder de las autoridades. El sistema se basa en criterios claros y transparentes para asegurar la equidad en la distribución de los recursos.
Además de las ayudas económicas, se llevarán a cabo jornadas técnicas y sesiones informativas con expertos en el campo, con el objetivo de incentivar una reconversión ordenada y participativa en las explotaciones agrarias afectadas por esta enfermedad.
El fuego bacteriano, causado por la bacteria 'Erwinia amylovora', afecta gravemente a especies como el peral y el membrillero, provocando síntomas visibles como necrosis en hojas, flores y ramas, que se oscurecen como si hubieran estado expuestas al fuego, motivo por el cual recibe este nombre.
La rápida propagación de esta enfermedad se produce a través de insectos, agua, viento, herramientas de poda o el simple contacto entre plantas, llegando a arruinar cultivos enteros en un breve lapso de tiempo, lo que obliga a la eliminación total de los árboles infectados para detener su diseminación.
Es una de las plagas más perniciosas para los frutales, dado que no existen tratamientos curativos efectivos, limitándose las opciones a medidas preventivas y de erradicación para mitigar su impacto.
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