Crónica Aragón.

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La Semana Santa en Huesca arranca con la bendición de ramos en San Pedro.

La Semana Santa en Huesca arranca con la bendición de ramos en San Pedro.

El pasado domingo 13 de abril, la ciudad de Huesca se llenó de fervor y devoción al dar inicio a la Semana Santa con la tradicional procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Numerosos fieles acompañaron a las cofradías en este significativo evento, que comenzaba con la bendición de ramos por parte del administrador apostólico de la diócesis, monseñor Vicente Jiménez Zamora, en la emblemática plaza de San Pedro.

Entre los participantes se encontraban niños vestidos como hebreos, quienes marcharon al frente de la procesión, seguida por la Cofradía de San José y Santa Ana. Esta ceremonia es un claro ejemplo de la unión de la comunidad en la celebración de una de las festividades más importantes para la religión cristiana, marcando así un momento de reflexión y de unidad en la fe.

Posteriormente, monseñor Jiménez Zamora dirigió el oficio litúrgico en la catedral de Huesca, donde ofreció una homilía profunda que resonó entre los asistentes. En sus palabras, destacó la dualidad presente en el Domingo de Ramos, al señalar que se entrelazan dos narrativas evangélicas: la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y la pasión que culminará en su crucifixión.

El prelado enfatizó que este evento refleja tanto el triunfo como la humillación, dos caras de un mismo mensaje espiritual. "El Mesías que entra en Jerusalén no es simplemente un símbolo de victoria, sino que está más íntimamente ligado al Cristo que sufre en la Pasión de lo que podríamos pensar," afirmó Jiménez Zamora, subrayando el sacrificio de Jesús por la humanidad. "Él se hizo hombre, padeció, murió y resucitó por nosotros," insistió ante una congregación atenta.

En un momento de reflexión poderosa, monseñor recordó las palabras de Cristo: "Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego libremente," reafirmando el compromiso que Jesús tenía con la voluntad de Dios y su papel como el Buen Pastor. De esta manera, la homilía no solo recordó el significado de la Semana Santa, sino que también sirvió como un llamado a la comunidad a profundizar en su fe y a vivir con integridad los valores cristianos en su vida diaria.