Crónica Aragón.

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La Lonja de Zaragoza se transformará en un versátil espacio multifuncional, preservando su estructura original.

La Lonja de Zaragoza se transformará en un versátil espacio multifuncional, preservando su estructura original.

La emblemática Lonja de Zaragoza se prepara para undergo importantes reformas, comenzando en 2026 y con la reapertura al público programada para 2027. La entrada al edificio se hará por su acceso histórico a través de la calle Don Jaime I, un cambio que promete enriquecer la experiencia del visitante.

Este renovado espacio estará diseñado como un área diáfana, permitiendo su uso para diversos fines, que aún están por definirse, además de albergar exposiciones. La intención es realzar la magnificencia de esta construcción del siglo XVI, un emblema de la Corona de Aragón, que se destaca entre las ciudades de Barcelona, Valencia y Mallorca.

En una reciente presentación, la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, detalló el proyecto de acondicionamiento de la Sala Hipóstila, que comprende toda la planta baja del edificio. Este proyecto, que se someterá a información pública y será revisado por la Comisión Provincial de Patrimonio del Gobierno de Aragón, está previsto que entre en fase de licitación a mediados de este año, con el inicio de las obras fijado para 2026.

Con un presupuesto de 2,5 millones de euros, la Lonja cerrará sus puertas al público durante el tiempo de las obras, lo que significa que no se llevarán a cabo exposiciones hasta su reanudación en 2027. Chueca subrayó que la intervención no afectará la estructura original del edificio, centrándose en la planta baja, pues no se ha contemplado en este momento realizar modificaciones en la planta superior.

Este proyecto ha sido cuidadosamente diseñado con el objetivo de preservar el patrimonio histórico de Zaragoza. La alcaldesa afirmó que las reformas modernizarán la planta baja, convirtiéndola en un espacio flexible que se adaptará a las diferentes exigencias expositivas sin sacrificar la belleza arquitectónica del lugar.

El planteamiento incluye una reconfiguración de los servicios internos, creando cajas exentas en las esquinas que optimizarán el uso del espacio central para mejorar la visión de la arquitectura y las columnas. Estos cambios permitirán desplazar módulos más livianos y flexibles, lo cual permitirá dar protagonismo a los elementos arquitectónicos de la Lonja.

Entre las innovaciones destaca la recuperación de la entrada original por la calle Don Jaime I, que se adecuará a las normativas de accesibilidad. Este nuevo acceso ofrecerá a los visitantes una visión más completa de la Lonja, brindándoles la oportunidad de admirar su impresionante diseño interior, contribuyendo así a la experiencia de las exposiciones.

La puerta de ingreso será fabricada en acero corten o en un material que se integre armónicamente con el estilo del edificio renacentista. Al cruzar el umbral, los visitantes se encontrarán con un arco que representa el antiguo alta del Ángel Custodio, una pieza histórica significativa para los comerciantes que usaban la Lonja, según explicó el arquitecto municipal Miguel Tutor.

El proyecto, desarrollado por la empresa IDOM, tiene como fin adaptar la Lonja a las exigencias del siglo XXI, garantizando una funcionalidad adecuada en su interior. Se planea implementar una falsa solera para ocultar las instalaciones eléctricas y de telecomunicaciones, asegurando que el área sea eficiente y moderna.

En cuanto a la climatización, se sustituirán las grandes máquinas por cuatro unidades, que se colocarán en cada esquina del edificio, lo que mejorará el confort en todas las estaciones del año. Además, se prevé la inclusión de aseos en la zona del nuevo acceso, facilitando así el servicio a los visitantes.

Para resaltar la monumentalidad del edificio, se reducirán las alturas de las nuevas estructuras interiores, dando así mayor protagonismo a los capiteles de las columnas. Este diseño está destinado a mejorar la percepción del espacio interior y la experiencia del visitante.

Los módulos expositivos serán de diseño modular, autoportantes y fabricados con una subestructura metálica, forrados en madera, que permitirán una fácil reconfiguración según la naturaleza de cada exposición. Su diseño también contempla la accesibilidad desde uno de sus lados, lo que proporciona más facilidad de uso para el personal encargado de mantenimiento.

Respecto a la posible declaración de Patrimonio de la Humanidad para la plaza del Pilar que incluiría a la Lonja, Chueca afirmó que se está trabajando en esta propuesta, por el momento, sin detalles concretos. Resaltó la conexión de la Lonja con la plaza del Pilar y su importancia cultural, dignificando la identidad de la Corona de Aragón y su historia.

La alcaldesa subrayó la relevancia de la Lonja, no solo por su historia en el siglo XVI sino también por su papel en eventos clave del siglo XX, como la sede del primer Ayuntamiento democrático y el Parlamento Autonómico en 1983. Chueca concluyó enfatizando que la Lonja es un símbolo de Zaragoza y merece ser valorada como tal en el contexto de la historia de la ciudad.