Crónica Aragón.

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Cuarenta farmacias en Aragón se transforman en centros de salud mental en áreas rurales.

Cuarenta farmacias en Aragón se transforman en centros de salud mental en áreas rurales.

El 17 de mayo en Zaragoza, se ha puesto en marcha una significativa iniciativa en Aragón, donde 43 farmacias rurales han comenzado a ofrecer sesiones de educación sanitaria. El objetivo es claro: promover el autocuidado y la adherencia en temas de salud mental. Estas sesiones son parte de una campaña conocida como Escuelas Rurales de Salud Mental, impulsada por los Colegios de Farmacéuticos de España, que busca resaltar la valiosa labor de los farmacéuticos en la detección de problemas de salud mental en la comunidad.

Enrique Eguizábal, vocal de farmacias rurales del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza, destaca la importancia del rol del farmacéutico, afirmando que son mucho más que simples dispensadores de medicamentos. "Nosotros brindamos un apoyo diario a los ciudadanos y a menudo somos el primer contacto frente a problemas de salud mental, especialmente en áreas rurales", sostiene.

Las sesiones están diseñadas para diferentes grupos. Las que se dirigen a pacientes cubren temas sobre autocuidado emocional, la importancia de seguir rutinas saludables y la necesidad de adherirse a los tratamientos. Por otro lado, las dirigidas a cuidadores se centran en cómo ofrecer apoyo sin llegar al agotamiento, cómo identificar señales de alarma y el momento adecuado para buscar ayuda. Estas actividades se llevan a cabo en 42 localidades de las tres provincias de Aragón.

En Zaragoza, se llevan a cabo en diversas poblaciones, entre las que se incluyen Alcalá de Ebro, Barboles, Nuévalos y Zuera, por citar algunas. En la provincia de Teruel, farmacias en Alloza, Peñarroya de Tastavins y Castellote son algunas de las que participan. Mientras tanto, en Huesca, los puntos de atención se extienden a localidades como Alcampell, Ballobar y Sariñena.

El papel de los farmacéuticos en la salud mental es crucial, dado su acceso cercano a los pacientes. Tienen la capacidad de detectar signos tempranos de problemas de salud mental, reacciones adversas a tratamientos o incluso cambios en la medicación. "Con estas sesiones educativas, damos un paso adicional en la identificación de señales de alerta y en la derivación de casos al especialista", añade Eguizábal, enfatizando que la salud mental también puede cuidarse desde la farmacia.

Desde los Colegios de Farmacéuticos de Aragón, se aboga por una colaboración más estrecha entre farmacéuticos y otros profesionales de la salud. Esta integración es necesaria para mejorar la calidad de la atención, abarcando desde la prevención hasta el seguimiento del tratamiento en un enfoque más global y personalizado para cada paciente.

En los últimos años, las farmacias aragonesas han demostrado un firme compromiso con la salud mental. Han estado activas en iniciativas como la Estrategia aragonesa contra el Suicidio y otras campañas enfocadas en la salud mental infantil y perinatal.

Con la implementación de las Escuelas Rurales de Salud Mental, las farmacias rurales de Aragón reafirmaron su compromiso al proporcionar formación, apoyo y un espacio de escucha para aquellos en zonas más desatendidas. Eguizábal concluye: "Desde las farmacias, queremos garantizar que nadie se sienta solo. A veces, una sencilla conversación puede ser el primer paso hacia la búsqueda de ayuda, y estaremos aquí, con las puertas abiertas".