El Gobierno de Aragón ha tomado una decisión reciente que impactará a los cazadores en los Pirineos de Huesca. A través de una resolución publicada este viernes en el Boletín Oficial de Aragón (BOA), se establecen nuevas restricciones en la caza debido a un notable aumento de la población de osos, incluyendo el reciente nacimiento de un osezno en una zona donde no se registraban partos desde hace medio siglo.
Esta nueva regulación tiene como objetivo principal prevenir posibles incidentes durante las cacerías de jabalí y asegurar una convivencia armoniosa entre la protección del oso pardo y las tradiciones cinegéticas locales, según informes del Departamento de Medio Ambiente y Turismo de la comunidad autónoma.
La resolución incluye limitaciones diferenciadas basadas en el tipo de área de caza y establece un protocolo que exige la suspensión inmediata de las batidas al detectar la presencia de un oso en el área.
En los valles occidentales del Pirineo aragonés se ha confirmado la existencia de cinco osos: una hembra conocida como Claverina con su cría, además de dos subadultos nacidos en 2021 y un joven osezno nacido en 2023. En contraste, en la parte oriental del Pirineo, solo se ha visto un oso adulto de manera ocasional.
La normativa fue formulada en consenso con la Federación de Caza y los municipios afectados, abarcando localidades como Ansó, Hecho y Benasque, y establece dos áreas distintas para llevar a cabo controles de caza adecuadamente.
En particular, en aquellas zonas donde se encuentra una hembra con cría o donde se esperan osos hibernando, queda prohibida cualquier forma de caza, incluido el caza al salto, para evitar situaciones de riesgo o lesiones a los animales.
Adicionalmente, en áreas con presencia constante de osos, las batidas de caza deberán realizarse solamente con perros que cuenten con collares electrónicos que permiten gestionar su comportamiento y reducir el riesgo de acoso a los osos. Todos los perros también deberán estar debidamente identificados con documentación oficial que garantice que no son considerados potencialmente peligrosos.
La normativa estipula que si un oso es avistado durante una batida, la caza deberá interrumpirse de inmediato por un mínimo de seis días, y dicha circunstancia deberá ser reportada urgentemente a los Agentes para la Protección de la Naturaleza.
Se podrá acceder a la cartografía de las zonas críticas para el oso por medio de la Infraestructura de Conocimiento Espacial (ICE) de Aragón, y esta resolución tiene una validez máxima de un año, o hasta la implementación del próximo Plan General de Caza para la temporada 2026-2027.
Con el fin de equilibrar la biodiversidad, la presencia del oso pardo y las actividades tradicionales, el Gobierno de Aragón ha implementado diversas medidas en los últimos meses, en colaboración con las comunidades locales.
La creación de la Mesa del Oso en septiembre de 2024 ha sido un paso significativo. Este organismo se dedica a establecer un marco de trabajo entre las administraciones, cazadores, ganaderos y comunidades locales para preservar esta especie clasificada como "en peligro de extinción" y asegurar su coexistencia con las áreas rurales.
Como resultado de esta colaboración, se han puesto en marcha diversas iniciativas en los Valles Occidentales, la única área con registros de ataques de osos.
Se incluyen obras como la reparación de caminos y refugios, la instalación de un doble vallado protector en el puerto de Segarra en Ansó, la construcción de nuevas pistas y el transporte en helicóptero de una caseta de vigilancia.
Asimismo, se ha contratado a dos pastores para cuidar rebaños en el Valle de Hecho y se están evaluando opciones para mejorar el acceso a áreas con restricciones normativas dentro del espacio natural protegido (PORN).
Por otro lado, el Gobierno cuenta con dos Patrullas Oso, formadas por cinco agentes, cuyo trabajo incluye el seguimiento de la población de osos, la vigilancia contra el furtivismo, la evaluación de daños y la asesoría a ganaderos, contribuyendo a reducir significativamente los daños causados por estos animales.
En 2025, sólo se registraron ocho ataques en Ansó, resultando en la muerte de ocho ovejas, lo que representa una disminución del 75% respecto al año anterior, cuando ocurrieron 33 ataques con 46 reses fallecidas.
Finalmente, como apoyo adicional, el Departamento de Agricultura destina anualmente cerca de 592.779 euros en ayudas para implementar medidas preventivas contra los daños provocados por el oso y el lobo.
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