Crónica Aragón.

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Vox pierde en su intento de evaluar una planta nuclear en Aragón.

Vox pierde en su intento de evaluar una planta nuclear en Aragón.

El pasado jueves, el Pleno de las Cortes de Aragón tuvo una intensa jornada al rechazar una iniciativa presentada por el grupo Vox, a través de su portavoz Alejandro Nolasco. La propuesta consistía en analizar la viabilidad de construir una nueva central nuclear en la región, defendiendo que tal medida formaría parte de una estrategia nacional para diversificar las fuentes de energía y asegurar la estabilidad en la producción eléctrica, esencial ante la intermitencia de energías renovables como la solar y la eólica.

Nolasco también solicitó la prolongación de la vida útil de las instalaciones nucleares existentes en España, argumentando que esto contribuiría a mantener un suministro energético fiable y apoyaría los esfuerzos de descarbonización de la economía del país. Además, Vox propuso reevaluar el modelo actual de energías renovables, teniendo en cuenta su impacto ambiental y en el paisaje, y abogó por un debate inclusivo sobre las necesidades reales en términos de alimentación eléctrica y sostenibilidad económica. Sin embargo, la propuesta fue rechazada por todos los demás partidos presentes en la asamblea.

Defendiendo su postura, Nolasco afirmó que la energía nuclear es una opción verde que asegura un suministro estable. Aseguró que clausurar las centrales existentes aumentaría la dependencia del país de fuentes externas, elevando así los costos para ciudadanos y empresas. Nolasco también cuestionó el modelo de crecimiento de las energías renovables, sugiriendo que podría haber dudas sobre su sostenibilidad económica a largo plazo.

Durante su intervención, Nolasco destacó que la construcción de una central nuclear podría generar empleos y potenciar el desarrollo industrial, además de asegurar un suministro constante, necesario para centros de datos. Afirmó que la vida útil de estas plantas es de 60 años y que las modernas superan en eficiencia a las anteriores, siendo capaces de gestionar gran parte de los residuos producidos.

Por su parte, María Navarro, diputada del PP, argumentó a favor de una reestructuración del sector de las energías renovables, mientras que apoyó la continuidad de las centrales nucleares en funcionamiento, pero se opuso frontalmente a la construcción de una nueva en Aragón. Navarro alegó que la región ya produce suficiente energía renovable y que el impacto ambiental de una nueva planta sería inasumible.

Desde el PSOE, Alba Sánchez enfatizó que los ciudadanos de Aragón merecen un enfoque responsable en la gestión de su energía. Se cuestionó la viabilidad de gestionar los residuos nucleares a largo plazo y recordó que la construcción de nuevas instalaciones podría ocupar entre diez y veinte años. “Nuestras comunidades no están destinadas a convertirse en vertederos de energía”, concluyó Sánchez.

En un tono más crítico, José Luis Soro, portavoz de CHA, tildó la propuesta de Vox de obsoleta e identificó su enfoque como un eco de ideas franquistas. Defendió que tal iniciativa es digna de un material cinematográfico de hace medio siglo y criticó el enfoque poco riguroso del partido de Nolasco.

El portavoz de Aragón-Teruel Existe, Tomás Guitarte, también se manifestó en contra, señalando que el debate sobre la energía nuclear pertenece a una época pasada. Cuestionó si Vox plantearía la construcción de una central nuclear en cada comunidad autónoma y criticó lo que considera una forma de colonialismo interno en las decisiones energéticas.

Desde Podemos, el parlamentario Andoni Corrales expresó su incredulidad ante la propuesta y mencionó incidentes catastróficos como Chernóbil y Fukushima. Con ironía, sugirió construir la nueva central en Ejea de los Caballeros, sugiriendo que se podría nombrar en honor al presidente aragonés, Javier Lambán.

El diputado de IU, Álvaro Sanz, fue contundente al calificar la propuesta de totalmente absurda, subrayando la considerable generación de residuos que conllevan las plantas nucleares. Insistió en que el verdadero debate debería ser encontrar modos de vida más sostenibles.

Finalmente, Alberto Izquierdo, del PAR, dejó claro que su visión sobre la energía es diametralmente opuesta a la de Vox y rechazó la propuesta, subrayando el alto consumo de agua asociado a las centrales nucleares. Con sarcasmo, sugirió la ubicación de la planta en parajes protegidos, reiterando su posición: “Evidentemente voy a votar que no”, sentenció.