Endesa ha llevado a cabo la voladura de la tercera caldera de la central térmica de Andorra, como parte del proceso de cierre y desmantelamiento de las centrales de carbón en la península. La demolición de las calderas, las torres de refrigeración y la chimenea ha sido un hito tanto simbólico como técnico, según la compañía eléctrica.
Para garantizar la seguridad y efectividad de la demolición de las calderas metálicas, se ha diseñado un exhaustivo proceso que incluye análisis estructurales, medidas mitigadoras de las afecciones y salvaguardias de las estructuras afectadas. Se utilizaron 340 detonadores y 620 kg de explosivo durante la voladura, y se estableció un radio de seguridad de 400 metros.
Una vez que las calderas están en el suelo, se procede al corte y preparación para su transporte con maquinaria pesada, evitando trabajos en altura y maximizando la seguridad del proceso.
La demolición de cada caldera ha generado alrededor de 10.000 toneladas de residuos metálicos, que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. El desmantelamiento de la central térmica Teruel es una operación compleja que involucra a aproximadamente 250 personas y se espera que finalice en 2025. Endesa ha dado prioridad a emplear a residentes locales y antiguos empleados de contratistas.
Desde una perspectiva medioambiental, se está realizando una demolición selectiva para clasificar las 260.000 toneladas de residuos de demolición. Además, se ha implementado un plan de vigilancia ambiental para reducir las afectaciones al entorno, prestando especial atención a las emisiones y vertidos durante los trabajos. Se espera revalorizar el 90% de los residuos de hormigón generados.
La central térmica de Andorra contaba con tres grupos y una potencia total de 1.100 MW. Fue construida para utilizar lignitos negros de la cuenca minera turolense y carbones de importación. Durante sus cuatro décadas de operación, produjo 224.000 GWh de electricidad.
Endesa ha solicitado el cierre de la central en 2019 y está desarrollando proyectos renovables que generarán 1.843,6 MW de energía limpia. Estas nuevas instalaciones se ubicarán en varios municipios y se espera que creen más de 6.300 empleos en total. Además, se implementará un plan socioeconómico para impulsar el empleo y el valor añadido en la zona.
En resumen, la voladura de la tercera caldera de la central térmica de Andorra marca otro paso en el proceso de desmantelamiento de centrales de carbón en la península. Endesa ha llevado a cabo cuidadosos procedimientos de demolición para garantizar la seguridad y efectividad de las obras. Además, la compañía está enfocada en la gestión ambiental y en impulsar la transición hacia energías renovables en la zona de Andorra.
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