Centros educativos lideran proyecto de la DPT para promover consumo responsable y ahorro energético.

La reciente iniciativa de la Oficina de la Energía de la Diputación Provincial de Teruel (DPT) ha dado un paso significativo al lanzar un proyecto denominado 50/50. Este ambicioso plan está orientado a cambiar la mentalidad y los hábitos energéticos en la comunidad educativa, buscando promover un uso más responsable y eficiente de los recursos energéticos. La propuesta se presenta como una iniciativa piloto, con el principal objetivo de sembrar la conciencia sobre la importancia del ahorro energético entre los más jóvenes.
El evento de presentación se llevó a cabo este martes en Calamocha, en un acto que reunió a figuras destacadas como el diputado de Asistencia a Municipios y de la Oficina de la Energía, Antonio Abad; el alcalde de Calamocha, Manuel Rando; el Jefe de Programas Educativos del Servicio Provincial de Educación, Pablo de Jaime; la directora del Colegio 'Ricardo Mallén', Silvia León; y Paula Contreras, representante de la organización Aeioluz, encargada de ejecutar el proyecto.
Este programa se implementará durante el presente curso escolar en el CEIP 'Ricardo Mallén' de Calamocha, así como en el CRA 'Cuna del Jiloca', cuyas aulas están distribuidas en localidades como Santa Eulalia, Torrelacárcel, Villafranca del Campo y Villarquemado. Si esta experiencia resulta exitosa, se prevé extender el proyecto a otros centros educativos, basándose en la afirmación del diputado Abad de que "todos ganan" con esta iniciativa.
Antonio Abad subrayó el beneficio dual del proyecto, indicando que se generaría un importante retorno sobre la inversión. Este retorno no solo beneficiaría a los ayuntamientos, sino que también consecuentemente mejoraría la infraestructura escolar, otorgando a los niños la posibilidad de obtener recompensas tangibles por sus esfuerzos en ahorro. Abad señaló que estas enseñanzas trascienden el ámbito escolar y se trasladan al hogar, fomentando la creación de consejos de energía en cada centro y promoviendo el trabajo en equipo entre diferentes organizaciones y asociaciones.
El programa 50/50 tiene su origen en Hamburgo, Alemania, donde fue concebido en 1994 como una medida de la administración pública para incentivar el ahorro energético en colegios a través de incentivos monetarios. Este enfoque busca transformar la percepción de la energía, tradicionalmente vista como algo distante y abstracto, en un asunto que se puede abordar activamente.
El modelo implementado en estos proyectos establece que el 50% de los ahorros generados por la reducción en el consumo de energía se reinvertirá en el centro educativo, mientras que la otra mitad se destinará a la administración responsable del pago de las facturas energéticas, generalmente el propio ayuntamiento. De esta manera, se logra un equilibrio que fomenta la participación activa de los educandos en la sostenibilidad.
Pablo de Jaime, Jefe de Programas Educativos, destacó las ventajas de este enfoque, señalando que no solo tiene implicaciones económicas favorables para los consistorios, sino que también establece una base madura para el aprendizaje y la metodología dentro de los centros, cambiando así la forma en que funcionan.»
El Servicio Provincial de Educación se ha encargado de seleccionar los centros participantes, priorizando aquellos con un mayor número de alumnos para optimizar los resultados y facilitar una comparación efectiva de los datos de ahorro. En este caso particular, se eligieron tres localidades ubicadas en lo que se conoce como el "triángulo del frío", un área donde la eficiencia energética es especialmente relevante.
El alcalde de Calamocha, Manuel Rando, subrayó la importancia de la concienciación desde la infancia, afirmando que lo aprendido en las aulas debe trasladarse a los hogares. "Es esencial que en nuestras casas adoptemos pequeños hábitos que contribuyan al ahorro energético. A través de estas acciones podemos desarrollar una conciencia social sobre la energía como un bien valioso que debemos cuidar", declaró Rando.
Aeioluz, la entidad responsable de implementar las actividades, a través de su técnica Paula Contreras, mencionó que se trabaja estrechamente con los alumnos para inculcarles la importancia del ahorro energético, con el apoyo de los ayuntamientos en la evaluación y mejora del consumo en sus instalaciones.
Al final del curso, se calcularán los ahorros en términos de emisiones, kilovatios/hora y dinero. La mitad de esta cantidad se reinvertirá en mejorar la eficiencia del centro, mientras que el resto servirá como un incentivo para motivar a los estudiantes. Este premio, decidido por el equipo energético, puede variar desde un rocódromo hasta juegos para el patio, mostrando que las recompensas pueden ser tan creativas como motivadoras.
Existen compromisos sólidos por parte de los equipos directivos y del Ayuntamiento para destinar el 50% del ahorro a mejoras en las instalaciones educativas, y el otro 50% será administrado por el centro escolar para que elija cómo gastarlo. Este enfoque garantiza que las inversiones se alineen con las necesidades y deseos de la comunidad escolar.
La primera fase del proyecto comenzó en diciembre y consistió en la organización y preparación del personal clave en cada centro. Este equipo será responsable de recopilar datos sobre el consumo y gastos energéticos del último trienio, lo cual será esencial para el seguimiento del proyecto y la evaluación de los ahorros.
Desde enero hasta mayo se desarrollará la segunda fase, que contempla talleres formativos dirigidos al equipo en cuestión, así como a la comunidad educativa. Se abordarán temas como el uso eficiente de la energía y el agua, así como estrategias para entender las facturas energéticas y las alternativas de contratación. El objetivo es fomentar un cambio de hábitos a través de la educación participativa.
Las sesiones se centrarán en áreas prioritarias como climatización, iluminación, equipos informáticos y agua caliente, sin olvidar la importancia de la eficiencia pasiva relacionada con los elementos estructurales de los edificios escolares.
Para facilitar el proceso, se introducirá al equipo una herramienta en forma de hoja de cálculo que guiará el seguimiento del proyecto, asegurando la imbuición de conceptos como eficiencia y consumo. Esto establecerá la base para que todos los involucrados interioricen la metodología de trabajo necesaria para el éxito del programa.
Finalmente, se llevará a cabo en junio una reunión de seguimiento en la que se compartirán los resultados obtenidos a partir de la hoja de cálculo, importante para evaluar el impacto del proyecto 50/50. Será en esta reunión cuando se presentará un informe final que contabilizará todos los logros alcanzados, permitiendo que el equipo energético decida sobre el uso del 50% de los ahorros y las posibles mejoras a implementar en el ámbito de la eficiencia energética en los centros escolares.
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