En Zaragoza, 9 de diciembre. El consejero de Fomento, Vivienda, Logística y Cohesión Territorial del Gobierno de Aragón, Octavio López, ha pedido con urgencia al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible que acelere las obras para transformar el tramo de la nacional N-330 entre Lanave y Sabiñánigo en una autovía. Este reclamo surge tras las intensas retenciones que se experimentaron durante el reciente puente festivo, una situación que López ha calificado de "intolerable".

Durante una conferencia de prensa ofrecida el martes, el consejero expresó su frustración ante los atascos que alcanzaron hasta los 15 kilómetros en este puente de la Constitución y la Inmaculada, dejando a "cientos de personas atrapadas durante horas" en sus vehículos en la A-23 y en el tramo crítico de la N-330 que aún no ha sido desdoblado.

En este contexto, López ha instado al actual ministro, Óscar Puente, a que actúe con mayor velocidad para llevar a cabo la conversión de esos 8.5 kilómetros en autovía. Esta solicitud ha sido planteada en varias ocasiones por el Gobierno de Aragón a lo largo de la actual legislatura, buscando una respuesta más eficiente para un problema que se repite en cada periodo festivo o durante los fines de semana cuando aumenta el tráfico hacia las estaciones de esquí en el Pirineo.

El consejero enfatizó que la repetición de estos episodios no los hace menos graves y añadió que Aragón no debería aceptar un horizonte de cinco años propuesto por el Ministerio para finalizar esta transformación. En su opinión, la propuesta técnica presentada por su departamento podría reducir el tiempo necesario de cinco a tres años, lo que representaría un avance significativo.

Recordó también que ya había enviado una carta a Puente el 4 de marzo de 2024, pidiendo un aumento en la velocidad de los presupuestos y la ejecución de la obra, con el objetivo de resolver un problema que no solo afecta a los locales, sino también a los visitantes de la región, incrementando el riesgo en la seguridad vial y afectando la reputación de Aragón como destino turístico.

López destacó que en la única reunión bilateral realizada entre el Ministerio y Aragón hasta la fecha, el 9 de diciembre de 2024, se reiteró la necesidad urgente de abordar esta problemática, que perjudica tanto a los usuarios de la carretera como a la economía local del Pirineo aragonés.

A pesar de los reiterados requerimientos, la respuesta del equipo del ministro ha sido insatisfactoria, limitándose a mencionar que considerarían la posibilidad de acortar los plazos, dejándolos en espera de una siguiente reunión que, al final, no se ha concretado.

En conclusión, López subrayó que la falta de respuesta ante esta cuestión crítica somete a los habitantes de la región y a los visitantes a una situación de desventaja, con un aumento notable del riesgo en la seguridad vial y extensos tiempos de espera para los trayectos, lo que causa un impacto negativo en la imagen de Aragón y en su principal destino turístico.

El consejero señaló que esta “seria problemática causada por la inacción” en esos 8,5 kilómetros “podría haberse mitigado considerablemente si se hubiera seguido el plan presentado en 2024, que preveía acabar con las obras en 2026 en lugar de 2029".

Además, López no dejó pasar la oportunidad de calificar como "sorprendente" que la Delegación del Gobierno en Aragón no haya movilizado los recursos necesarios para garantizar un tráfico más fluido y una mejor atención a los conductores que se encuentran atrapados durante largos periodos.

“Si no son eficientes en la ejecución, al menos deberían serlo en la gestión del tráfico durante las horas de mayor congestión”, insistió, a la vez que señaló la importancia de estudiar nuevas soluciones e itinerarios para facilitar el acceso y la salida de los centros turísticos del Pirineo en futuras fechas festivas.