
La ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes del Gobierno español, Pilar Alegría, ha tomado la decisión de distanciarse completamente de las acusaciones que vinculan al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, con un presunto escándalo ocurrido en el Parador de Teruel en septiembre de 2020. Alegría manifestó no tener conocimiento alguno sobre el asunto.
Durante una comparecencia que no había sido previamente anunciada, la ministra intervino para aclarar su postura en un ejercicio que calificó de "transparencia", justificando que "no tengo nada que ocultar". Este gesto se enmarca dentro de la necesidad de desmentir cualquier implicación en el escándalo que rodea a Ábalos.
Para reforzar su defensa, Alegría presentó un minucioso desglose de su agenda correspondiente a aquellos días. Detalló horarios, facturas y las personas que la acompañaron en su rol de delegada del Gobierno en Aragón durante la visita de Ábalos a Teruel, donde se supervisaron las obras de la línea de tren entre Teruel y Valencia, seguido de su estancia en el Parador.
En su relato, la ministra expresó que hay un interés particular por parte de algunos individuos en "retorcer la realidad de forma absurda" con el fin de vincularla a un episodio que considera totalmente ajeno a su persona, en caso de que efectivamente haya sucedido algo reprochable.
Alegría continuó su explicación, recordando que el viaje a Teruel se realizó por la noche y que, durante su mandato de año y medio como delegada, solo una vez tuvo que dormir fuera de casa, señalando que su deber era esperar a un ministro para el desarrollo de actividades oficiales que concluían tarde esa noche y que requerían su presencia al día siguiente.
En un tono de firmeza, dejó claro que desconocía lo que pudiera suceder dentro de las habitaciones de los hoteles, exclamando que con ella "han topado en hueso y están perdiendo el tiempo".
Por último, la ministra defendió sus principios basados en "el trabajo, la honestidad y la integridad", y denunció que los ataques que recibe se deben en gran medida a su condición de mujer, enfatizando que estos ataques tienen un cariz sexista, reclamando que tiene derecho a su privacidad sin tener que rendir cuentas sobre su vida personal.
Alegría subrayó que esas exigencias no son más que un reflejo de los prejuicios que muchos tienen respecto a las mujeres en posiciones de poder, especialmente cuando se trata de su papel como secretaria general del PSOE en Aragón, la cual representa una oposición clara al actual alcalde, Jorge Azcón.
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