
La situación meteorológica en la Comunidad de Aragón ha tomado un giro inesperado, ya que intensas lluvias han afectado a la región, provocando una serie de complicaciones que han interrumpido el tráfico en múltiples carreteras y zonas urbanas. Este domingo, conductores y peatones deben estar alertas ante la aparición de balsas de agua y barro, así como posibles materiales sueltos en las vías debido a los recientes fenómenos climáticos.
En la capital, Zaragoza, la Dirección General de Tráfico ha emitido un aviso para que los automovilistas mantengan una conducción cautelosa, especialmente en la A-2. El tramo de la Ronda Norte, que atraviesa el barrio de Movera, ha sido severamente afectado por la acumulación de agua en el kilómetro 328, lo que ha llevado al cierre del carril derecho hacia Madrid, obstaculizando la fluidez del tráfico.
Desde las 10:20 de la mañana, una importante acumulación de agua ha obligado a cerrar completamente la A-2306 en Azuara, restringiendo la circulación entre los kilómetros 35.72 y 33 en ambas direcciones. Además, el puente de la TE-V-1703, cerca de Vinaceite en la provincia de Teruel, se encuentra cerrado desde las 8:21, con restricciones en el tráfico que afectan a los kilómetros 3.6 y 3.8 en direcciones ascendentes, según informes de la DGT.
La gravedad de la situación ha llevado al Gobierno de Aragón a reportar una serie de incidentes relacionados con las tormentas, siendo el más significativo el que tuvo lugar en Fanlo, Huesca, donde desprendimientos de tierra han cerrado la carretera HU-631 entre los kilómetros 5 y 13, creando un nuevo punto de preocupación para los conductores de la zona.
Asimismo, otros desprendimientos y la acumulación de barro han complicado el tránsito en carreteras como la A-2615, A-1605 y A-138, afectando a localidades de la provincia de Huesca como Estada, Laspaúles, Sarsamarcuello, Graus, Salinas de Bielsa y Arén, así como a Cartuja Baja en Zaragoza, donde la situación continúa vigilándose de cerca.
Finalmente, el impacto de la tormenta no se limita únicamente a las carreteras, ya que el Teatro de Santa Eulalia de Gállego, conocido como el Corral de García, ha sufrido considerables daños. La combinación de agua y viento ha derribado un muro, inundando el patio de butacas con barro y agua, lo que pone de relieve los efectos devastadores que el clima puede tener en las infraestructuras culturales de la región.
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