En Zaragoza, la concejal del PSOE, Ana Becerril, ha levantado la voz para pedir al equipo de gobierno municipal que encabeza la alcaldesa Natalia Chueca, una revisión urgente de la plantilla del Ayuntamiento, siguiendo el crecimiento demográfico que experimenta la ciudad.

Becerril ha criticado al Partido Popular, indicando que la plantilla se mantiene "prácticamente estancada" y que esto resulta en una debilitación progresiva de los servicios públicos, creando una constante tensión en su funcionamiento.

En una reciente pregunta dirigida al consejero de Personal, Alfonso Mendoza, la concejal socialista solicitó información sobre cómo se prevé aumentar la plantilla del Ayuntamiento de cara al año 2026, al tiempo que detalló qué servicios se enriquecerán y en base a qué criterios técnicos y organizativos se tomará esta decisión.

La concejal ha afirmado que ante la inminente aprobación de los presupuestos, es imperativo que las necesidades del personal municipal se consideren en el crecimiento proyectado, advirtiendo que aspirar a ser una ciudad de 800,000 habitantes con una estructura de personal diseñada para 600,000 resulta inviable.

Becerril insistió en que una ciudad más grande y compleja no puede funcionar adecuadamente con una plantilla que permanece congelada. Para ella, ignorar este hecho compromete la calidad de los servicios públicos y lleva a un exceso de trabajo por parte del personal municipal.

La concejal recordó que el Ejecutivo municipal ha sostenido durante años que la cantidad de personal es la adecuada, sin embargo, esta afirmación "contrasta claramente" con la realidad que padecen varios servicios públicos en la actualidad.

Su preocupación es evidente, ya que el estancamiento de la plantilla ha desembocado en un "debilitamiento progresivo" de la funcionalidad del Ayuntamiento.

Becerril denunció que, en vez de fortalecer las bases que sustentan la prestación de los servicios públicos, el Ayuntamiento ha adoptado una estructura organizativa desbalanceada, donde aumentan las jefaturas mientras se debilita la base operativa. Esto, según ella, se debe a una orientación política que busca desmantelar los servicios públicos para justificar su privatización.

Argumentó que este desequilibrio no es un hecho fortuito, señalando que al reducir la base de operativos y personal técnico, se genera un servicio ineficiente, percibido por la ciudadanía como insuficiente.

Esta acción política, advirtió, cobra especial gravedad cuando se contrasta con el discurso del Gobierno del PP, que insiste en el crecimiento de la ciudad.

La concejal subrayó que, aunque se despliegan nuevos edificios e infraestructuras, esta expansión no va acompañada del refuerzo necesario en recursos humanos que asegure la funcionalidad de estos espacios. El crecimiento de Zaragoza, por ende, provoca un aumento en las demandas sociales y culturales que no se están atendiendo adecuadamente.

Becerril destacó que la ciudadanía está cada vez más exigente en cuanto a la calidad de los servicios públicos, pero el gobierno municipal ha optado por trasladar dicha presión a unas plantillas cada vez más escasas y envejecidas, cuya disponibilidad real se aleja de las cifras óptimas.

Esta problemática, añadió, se vuelve más evidente en servicios como los de Atención Social, Deportes e Informática, que enfrentan carencias estructurales en su personal.

Concretamente, mencionó que la falta de refuerzos adecuados causa que cada baja o permiso impacte de inmediato en la calidad de los servicios, subrayando que esto no es un problema de derechos laborales, sino una elección del Gobierno municipal de trabajar con plantillas limitadas y sin margen de maniobra.

En conclusión, Becerril aseveró que el funcionamiento del Ayuntamiento depende del compromiso del personal, más que de una planificación adecuada y responsable por parte del Gobierno.