
En Zaragoza, a 4 de agosto de 2025, la situación hídrica en la Cuenca del Ebro muestra una reserva de agua embalsada que asciende a 5.544 hectómetros cúbicos, lo que equivale al 71% de su capacidad total. Sin embargo, este dato representa una leve disminución de tres puntos en comparación con la semana pasada, según la información proporcionada por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
Si miramos hacia atrás, la situación hace un año era algo distinta; en 2024 se registraron 5.071 hectómetros cúbicos, alcanzando el 65% de capacidad. Durante el período de los últimos cinco años, desde 2020 hasta 2024, la media de agua embalsada ha sido de 4.907 hectómetros cúbicos, es decir, el 63% de la capacidad total. El año pasado, en 2023, se dio la situación más crítica, con solo 3.765 hectómetros cúbicos, representando apenas el 48%.
Actualmente, las cifras evidencian una mejora, superando tanto la media de los cinco años previos como los niveles del año 2024.
En cuanto a la situación de los embalses en la margen derecha de la cuenca, la reserva alcanza 500 hectómetros cúbicos, que corresponde al 74% de su capacidad máxima. En la misma fecha del año anterior, estas reservas eran de solo 286 hectómetros cúbicos, lo que significaba un escaso 42%.
El promedio registrado en los cinco años anteriores en esta región ha sido de 390 hectómetros cúbicos, equivalente al 57%. Asimismo, el año 2024 también marcó un mínimo, con esos 286 hectómetros cúbicos que representaban el 42% de la capacidad total.
En términos de energía hidroeléctrica, la capacidad potencial en este momento se sitúa en 3.047 gigavatios hora (GWh), alcanzando así el 67% de la máxima capacidad de la cuenca. Estos datos son esperanzadores y reflejan una tendencia más optimista respecto al suministro hídrico y energético en la región.
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