Crónica Aragón.

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Casi 300 agentes se movilizan en comunidades golpeadas por tormentas ante la crisis de agua.

Casi 300 agentes se movilizan en comunidades golpeadas por tormentas ante la crisis de agua.

ZARAGOZA, 17 de junio. La respuesta ante los estragos dejados por las recientes tormentas en Aragón ya ha comenzado a tomar forma, con la movilización de un contingente inicial de 288 trabajadores. Este número se incrementará en las próximas horas conforme avance la operación de recuperación. El equipo está compuesto por unidades de Protección Civil, el programa de prevención y lucha contra incendios del Gobierno de Aragón (Infoar), la Unidad Militar de Emergencias (UME), además de Bomberos de las provincias de Zaragoza y Teruel, así como personal del 061 y Cruz Roja, desplegados en las áreas más devastadas.

Entre las unidades en acción, se han enviado a Letux tres técnicos de Protección Civil, junto con dos operarios logísticos y un equipo de 13 voluntarios. Están apoyados por seis vehículos, una carpa, un Centro de Mando Avanzado y un Centro de Logística para la recepción de materiales. Además, han sido enviados ocho bomberos de la Diputación de Zaragoza, dotados de un vehículo ligero y cinco nodrizas, y tres bomberos de la Diputación de Teruel, con tres nodrizas particulares. Un total de 102 efectivos de Infoar han sido también desplegados, contando con seis autobombas y 35 vehículos en total, tal como indicó el consejero de Hacienda, Interior y Administración Pública de Aragón, Roberto Bermúdez de Castro, en su última declaración pública.

Sumando a estos esfuerzos, dos secciones de la UME, con 118 militares y 43 equipos de vehículos especializados, están en marcha. Asimismo, el equipo médico del 061 incluye un médico, dos enfermeros, dos técnicos de ambulancia y dos conductores. Además, 14 voluntarios de Cruz Roja, junto con dos trabajadores sociales y dos psicólogas, están operando para ofrecer apoyo integral a los afectados.

Las graves consecuencias de las tormentas han impactado principalmente a los núcleos más cercanos a los ríos, como en Villar de los Navarros y Azuara. A diferencia de otros municipios, en Letux el agua ha inundado una porción significativa de su casco urbano, afectando seriamente a la infraestructura local.

En Azuara, el consejero ha señalado que las áreas más afectadas, especialmente en las partes bajas, son zonas que históricamente han sido propensas a inundaciones. Se han llevado a cabo labores de construcción, incluyendo un centro de salud y otros equipamientos que ahora se encuentran en peligro por esta situación.

Ante este escenario, el Gobierno aragonés está llevando a cabo inspecciones exhaustivas en diversos edificios críticos, centrándose en la antigua instalación de salud y las futuras instalaciones de una residencia de ancianos.

Respecto a las vías de comunicación, el consejero ha mencionado que hay tres proyectos de gran envergadura en curso. Uno de ellos es el puente de Belchite, que ya se encuentra en ejecución. Además, se prevé adjudicar en breve el "puente largo" de Azuara, un proyecto más complicado que requiere una empresa con la debida capacidad ante la emergencia. También se están realizando trabajos en la A-1506, donde se han producido múltiples desprendimientos que complican la situación.

Particularmente alarmantes son los informes de daños en las infraestructuras del Instituto Aragonés del Agua, donde se estima que la cifra asciende a aproximadamente 2 millones de euros. Las afectaciones han sido severas en localidades como Vinaceite, Azaila y Almochuel, donde la riada ha causado estragos tanto en el suministro de agua como en las instalaciones eléctricas.

En Vinaceite, se está implementando un nuevo diseño para una tubería a dos kilómetros de distancia, con el objetivo de situarla en terrenos más elevados a fin de evitar futuras inundaciones. Las obras para restablecer el suministro comenzarán inmediatamente, con un costo de 375.000 euros.

Mientras tanto, en Belchite la red de agua potable ha sido seriamente dañada, y se está utilizando pozos locales para el abastecimiento momentáneo. La reparación de la red costará 50.000 euros más IVA y se estima finalizar en una semana.

La situación en La Zaida ha dejado a un grupo de viviendas sin agua potable ni saneamiento, aunque se han iniciado trabajos provisionales que se completarán con la construcción de un pequeño puente, un proyecto que costará 80.000 euros más IVA.

En Letux, la captación de agua ha quedado "completamente destruida" y el servicio eléctrico también ha sido afectado. Se planea instalar un generador para restablecer el suministro y se están revisando las tuberías. La inversión necesaria para este procedimiento es de 75.000 euros.

En Azuara, el daño a la red de agua es significativo, por lo que los operativos están centrados en la limpieza y restauración de la captación para reanudar la circulación del agua. Los esfuerzos tienen un costo estimado de 85.000 euros y se espera que se puedan reiniciar las bombas este miércoles.

En el ámbito de ayudas, el consejero ha anunciado la aprobación de un decreto ley que se presentará en el Consejo de Gobierno. Dicho decreto incluirá soportes financieros para particulares, empresas y municipios, con el fin de mitigar los efectos de esta crisis.

Se solicitó también al Gobierno de la nación que declare a las zonas afectadas como "zonas catastróficas", lo que permitiría la cobertura compartida de los gastos entre gobiernos central y regional. Conforme se avance en este proceso, el Gobierno aragonés ya ha comenzado a movilizar fondos para que los ayuntamientos puedan atender las emergencias.

El consejero ha destacado que, con la inminente aprobación del decreto, el Gobierno aragonés enviará personal administrativo a los municipios para facilitar la gestión de ayudas, evitando que los ciudadanos deban desplazarse a Zaragoza para presentar sus solicitudes.

Finalmente, Bermúdez de Castro dio a conocer que la estimación de daños iniciales ascendía entre 6 y 8 millones de euros, cifra a la que se suman los 2 millones del Instituto Aragonés del Agua, además de los daños que aún deben ser evaluados en hogares y negocios, considerando el poco tiempo transcurrido desde la tormenta.