Aragón implementa un sistema exclusivo de medición de combustible para combatir incendios forestales.
ZARAGOZA, 19 de enero.
En un esfuerzo por fortalecer la prevención de incendios forestales, Aragón ha puesto en marcha un innovador modelo propio para la medición del combustible. Este enfoque busca no solo anticiparse a los potenciales desastres, sino también establecer un sistema integral que aborde el riesgo de incendios de manera efectiva. Es fundamental comprender el comportamiento y las consecuencias del fuego, y por ello la Dirección General de Gestión Forestal se encuentra desarrollando un sistema de predicción validado que integra diversos modelos de combustibles, fundamentados en rigurosos cálculos matemáticos.
El combustible que alimenta los incendios en los bosques se compone de aquellas partes de la vegetación que pueden arder. Esto incluye tanto combustibles vivos —como hierbas, arbustos y árboles— como combustibles muertos, que abarcan elementos como tocones, ramas caídas y hojarasca acumulada.
Rafael López del Río, director técnico de incendios forestales del Gobierno de Aragón, sostiene que "el modelo de combustible que hemos desarrollado y estamos implementando facilita la identificación del riesgo y la gestión preventiva de nuestras masas forestales". En este contexto, la comunidad autónoma adopta un modelo que considera diversas referencias internacionales, tales como el modelo norteamericano Rothermel, así como los modelos europeos de Scott y Burgan y Prometheus.
Este proceso de gestión es orquestado por especialistas y Agentes de Protección de la Naturaleza, y es ejecutado en terreno por los equipos de prevención. Las directrices fundamentales buscan reducir la acumulación de combustible fino muerto y optimizar el estado hídrico de la vegetación viva. Esto se logra mediante la competencia natural entre especies y la promoción de aquellas que están mejor adaptadas a condiciones de sequía y que son menos propensas a la inflamabilidad.
La inflamabilidad en los incendios forestales se refiere a la susceptibilidad de los combustibles a prenderse fuego al ser expuestos a una fuente de calor. En este proceso, aceites y resinas juegan un papel crucial, ya que afectan directamente el punto de inflamación de los materiales. La inflamabilidad está, a su vez, influenciada por diversos factores tales como el contenido de volátiles, la humedad, densidad, poder calorífico, continuidad y la forma de los combustibles.
En esta línea, el Gobierno de Aragón está llevando a cabo prospecciones en el terreno para evaluar la humedad de la vegetación, un factor determinante en la inflamabilidad y combustibilidad de los bosques. Los Agentes de Protección de la Naturaleza llevan a cabo un seguimiento constante del contenido de humedad de la vegetación para optimizar los mecanismos de alerta ante el riesgo de incendios forestales.
El objetivo final con el desarrollo del modelo de combustible es establecer un robusto sistema de gestión de riesgos que permita coordinar las acciones necesarias en las diferentes áreas involucradas, incluyendo la formación y capacitación, la planificación y prevención, así como la intervención operativa y el análisis posterior al riesgo de incendio.
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