Sanidad informa que la protesta en Atención Primaria se sitúa por debajo del 25%, mientras que sindicatos de Zaragoza la estiman en un 95%.

El 24 de marzo, en Zaragoza, el panorama de la huelga en la Atención Primaria de Aragón revela una situación tensa. Según informes del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, hasta las 11:30 horas, el seguimiento del paro se sitúa en un 21,69%. Sin embargo, la reacción del sindicato CEMSATSE es totalmente opuesta, considerando que el seguimiento en la ciudad de Zaragoza supera el 95%, lo que demuestra una fuerte oposición al reciente decreto que pretende reorganizar la atención continuada en la región.
Los datos oficiales indican que, de los 3.088 profesionales de salud que debían trabajar este lunes, 670 decidieron secundar la huelga, siendo notable que ninguno de ellos pertenecía al turno de noche. La mayor parte de la resistencia se encuentra en Zaragoza, donde la participación alcanza el 35,75%, mientras que en Huesca y Teruel los números son de solo el 6,79% y 0,61%, respectivamente.
Desglosando por sectores, el sector I reporta un 32,94% de seguimiento, el sector II eleva esta cifra a un 49,53%, y el sector III se sitúa en un 23,76%. La gerente del Servicio Aragonés de Salud, Ana Castillo, ha calificado estos datos como “una realidad” pero asegura que reflejan un seguimiento “desigual y por debajo del 25%” de la plantilla. Castillo enfatiza que el enfoque del Gobierno es “conciliador y negociador”, con el objetivo de mejorar la atención sanitaria en Aragón.
Desde los sindicatos, la visión es diferente. Mercedes Ortín, representante de CESMAragón, argumenta que el Departamento está calculando el seguimiento en base también al medio rural, cuando la huelga realmente apunta a las deficiencias en los centros urbanos de Zaragoza. Ortín subraya que la verdadera protesta en las áreas rurales llegará más adelante, a medida que los profesionales se acaben de dar cuenta de los problemas que enfrenta el sistema.
En la protesta, los manifestantes hicieron sentir su descontento mediante silbidos, sirenas y cánticos como “¡Bancalero baja ya a negociar!” y “¡Bancalero, dimisión!” Mientras tanto, Ana Castillo reitera el compromiso de su gestión, argumentando que las reformas buscan solucionar un problema que ha ido en aumento durante años, en un entorno donde se ha notado la escasez de profesionales y una creciente demanda por los servicios de atención primaria.
La directora de Atención Primaria, Pilar Borraz, mostró respeto a los manifestantes aunque enfatizó que el seguimiento de la huelga es “desigual” entre las provincias. En Huesca y Teruel, el nivel de apoyo ha sido mínimo, lo que en su opinión no justifica el reclamo generalizado. Borraz insiste en que el fin último es mejorar la Atención Primaria, que ha sido descuidada en el sistema sanitario público durante mucho tiempo.
El Departamento de Sanidad y los representantes de la huelga han acordado reunirse nuevamente este martes para continuar el diálogo con un “ánimo constructivo”. Curiosamente, ambos lados lamentaron no haber podido contactarse durante el fin de semana para avanzar en las negociaciones.
Esta situación ha suscitado la preocupación de Leandro Catalán, presidente de FASAMET, quien advirtió que “cada día hay menos tiempo para negociar”. Catalán reclamó que se explore un acuerdo antes que sea demasiado tarde, expresando que su organización estaba dispuesta a reunirse para dialogar y contribuir a la redacción de un acuerdo adecuado.
Ambas partes mantienen la esperanza de llegar a un consenso, aunque se han comprometido a no divulgar información sobre los puntos de fricción que han sido superados. Sin embargo, el Gobierno ha dejado claro que no se considera la retirada del decreto, un pedido clave de los sindicatos, que defienden la necesidad de garantizar la voluntariedad de los trabajadores en las modificaciones que se proponen.
Por último, Catalán ha reiterado la necesidad de detener la implementación del decreto hasta se establezca un plan consensuado para la atención continuada, sugiriendo que el modelo actual debería ser preservado hasta que se den pasos claros hacia un acuerdo. La voluntariedad de los trabajadores es un punto crucial que se debe respetar en cualquier propuesta que se presente en la mesa de negociación.
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