Para entender el momento en el que Felipe V asume el control total de España, es necesario remontarse a la Guerra de Sucesión Española, un conflicto que se llevó a cabo entre 1701 y 1714. Esta guerra se desencadenó por la muerte sin descendencia del rey Carlos II de España, lo que generó una crisis sucesoria que enfrentó a dos bandos: los partidarios del Archiduque Carlos de Austria, apoyados por Inglaterra y Austria, y los partidarios de Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia, apoyados por Francia.
Tras una serie de batallas y conflictos, finalmente Felipe V fue proclamado rey de España en 1701. Sin embargo, su reinado no estaría exento de dificultades, ya que tuvo que enfrentarse a la resistencia de los partidarios del Archiduque Carlos de Austria y a la intervención de otras potencias europeas en la guerra.
La Guerra de Sucesión Española se prolongó por varios años, con importantes enfrentamientos como la Batalla de Almansa en 1707 y la Batalla de Brihuega en 1710. En medio de estos conflictos, Felipe V logró consolidar su posición en algunos territorios de España, pero la guerra seguía cobrando vidas y dejando un rastro de destrucción a su paso.
Finalmente, en 1713 se firmó la paz de Utrecht, un tratado que puso fin a la Guerra de Sucesión Española y reconoció a Felipe V como legítimo rey de España. Con este tratado, se establecieron una serie de acuerdos que definieron el reparto de los territorios entre las potencias europeas, así como el reconocimiento de la dinastía borbónica en el trono español.
Una vez finalizada la Guerra de Sucesión Española, Felipe V pudo concentrarse en consolidar su poder en España. Para ello, implementó una serie de reformas políticas y administrativas que buscaban fortalecer la monarquía borbónica y centralizar el gobierno en torno a la figura del rey.
Además de las reformas políticas, Felipe V también implementó cambios en el ámbito económico y militar. En lo económico, se promovieron medidas para impulsar la agricultura y la industria, así como la creación de nuevos impuestos para financiar las necesidades del Estado.
En cuanto al ámbito militar, se llevaron a cabo importantes reformas para modernizar el ejército y fortalecer las defensas del reino. Se crearon nuevos regimientos, se mejoró el armamento y se construyeron fortificaciones en puntos estratégicos del territorio español.
A pesar de las dificultades y conflictos que enfrentó durante su reinado, Felipe V logró sentar las bases de una monarquía absoluta en España que perduraría por varios siglos. Su legado se refleja en la centralización del poder, la modernización del Estado y la consolidación de España como una potencia europea en el siglo XVIII.
Por tanto, la asunción del control total de España por parte de Felipe V marcó un hito en la historia del país y sentó las bases para su desarrollo político, económico y militar en los siglos venideros.