El pasado 23 de diciembre, durante la última sesión del Consejo de Ministros, se aprobó la entrega a título póstumo de la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III a dos figuras destacadas de la política aragonesa: Emilio Eiroa, del Partido Aragonés (PAR), y Santiago Lanzuela, del Partido Popular (PP).

Este reconocimiento, oficialmente publicado en el Boletín Oficial del Estado el 24 de diciembre, resalta la importancia de ambas personalidades en la historia reciente de Aragón y su legado en la administración pública.

La Real Orden, que fue establecida por el Rey Carlos III en 1847, tiene como objetivo premiar a quienes han hecho contribuciones significativas al bienestar de España y la Monarquía. La Gran Cruz es la segunda mayor distinción que puede otorgar el Estado español, reservada principalmente para miembros de la Familia Real y jefes de Estado.

Emilio Eiroa, oriundo de Vegadeo en Asturias, fue el tercer presidente del Gobierno de Aragón, cargo que ocupó entre 1991 y 1993. Su mandato concluyó tras una moción de censura impulsada por el PSOE, apoyada por el tránsfuga Emilio Gomáriz del PP. A lo largo de su trayectoria política, que finalizó en 2022, Eiroa también fue concejal en Zaragoza, diputado en las Cortes de Aragón y presidió el Parlamento de Aragón de 1995 a 1999. Fue además cofundador del PAR.

Falleció el 10 de marzo de 2013 a los 77 años debido a complicaciones por una angina de pecho, dejando un legado notable en la política regional.

Santiago Lanzuela, nacido en Cella, Teruel, en 1948, tenía una formación en Ciencias Económicas. Entre 1989 y 1993, se desempeñó como consejero de Economía en el Gobierno de Aragón bajo las presidencias de Gómez de las Roces y Eiroa. Lanzuela ocupó la presidencia de la comunidad autónoma de 1995 a 1999 y, posteriormente, se convirtió en senador designado. Desde 2000 hasta 2014, fue diputado al Congreso por Teruel. Su vida llegó a su fin el 16 de abril de 2020, tras contraer COVID-19.