ZARAGOZA, 12 Ene. - La Dirección de Salud Pública del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón ha puesto en marcha un Plan de actuaciones preventivas por bajas temperaturas esta semana. Según indican desde el Ejecutivo autonómico, la influencia del calor y del frío extremo tiene un impacto directo en la morbimortalidad, es decir, en la tasa de muertes por enfermedad en una población y en un tiempo determinados.

Las altas temperaturas suelen tener efectos más agudos y repentinos, pero eso no significa que los efectos del frío sean irrelevantes. Es por esto que Salud Pública ha establecido este plan de prevención, según han asegurado desde el Gobierno regional.

De acuerdo con la literatura científica, la implementación de este tipo de iniciativas preventivas podría evitar 2,37 defunciones diarias en España asociadas a las bajas temperaturas con ola de frío epidemiológica.

Además, desde el ámbito de la Sanidad han señalado que las alertas de temperatura establecidas por la AEMET no coinciden con los niveles de alerta en salud determinados por el Ministerio de Sanidad, basados en los umbrales de temperaturas mínimas de impacto en la salud.

La estrategia del plan se basa en la vigilancia de las temperaturas y de la mortalidad, así como en la información y concienciación a la población sobre los efectos del frío extremo y las medidas de protección y prevención. También se proporcionará información a los profesionales sanitarios y a los servicios sociales, y se coordinará con los servicios sociales para identificar los grupos de riesgo. Además, se establecerá coordinación con las administraciones y entidades competentes.

Los niveles de alerta de riesgo para la salud se calculan utilizando algoritmos de salud que evalúan las diferencias de temperatura umbral y las temperaturas mínimas, así como la previsión de mínimas por debajo del umbral durante al menos tres días, y los factores de riesgo específicos de cada provincia.

Esto permite establecer niveles de riesgo para cada provincia, a partir de los cuales se determinarán las intervenciones y las acciones preventivas a llevar a cabo en la población, especialmente dirigidas a la red sociosanitaria y a las personas vulnerables.

Además, en todos los niveles de alerta se mantienen recomendaciones para la población general sobre los efectos perjudiciales de las bajas temperaturas y las medidas de protección que deben tomarse, que son en su mayoría sencillas pero importantes y efectivas.

Por ejemplo, es importante ventilar con frecuencia si se utilizan braseros o chimeneas para evitar la acumulación de monóxido de carbono, tanto en el hogar como en el vehículo atrapado por la nieve. También es necesario apagar las estufas eléctricas y de gas durante la noche, y en caso de sufrir congelación, introducir la zona lesionada en agua tibia pero no caliente. Además, es fundamental mantener una buena hidratación tomando líquidos calientes.