HUESCA, 27 de diciembre. En una contundente acción policial, la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de Huesca, en colaboración con la Brigada Provincial de Policía Judicial de Lleida, ha llevado a cabo la desarticulación de un significativo punto de cultivo y venta de marihuana en la localidad de Arén. Esta operación, conocida como 'Operación Arén', ha puesto al descubierto las prácticas ilícitas de un grupo dedicado a la producción y comercialización de esta sustancia estupefaciente en la región.
La investigación se inició hace aproximadamente dos meses, tras la detección de actividades sospechosas en varias áreas del sur de Francia. Agentes internacionales lograron establecer un vínculo que apuntaba a ciertos traficantes de marihuana que estaban distribuyendo cogollos de alta calidad, los cuales se sospechaba que provenían de alguna localización en el Alto Aragón.
La indagación resultó en la localización de una finca en Arén, donde se identificó un enganche ilegal a la red eléctrica, evidenciando una defraudación significativa de energía. Durante la inspección de la propiedad, los agentes encontraron un cableado de gran diámetro, propio de instalaciones que reportan un alto consumo, muy superior al esperado para un uso residencial normal.
Además, en el interior de una yurta localizada en el lugar, se descubrió un sistema de gas butano, el cual sugería la utilización de generadores de dióxido de carbono (CO2) para optimizar el cultivo de cannabis. Esta técnica, reservada para cultivadores con experiencia, permite que las plantas aceleren su crecimiento, mejorando tanto su rendimiento como su calidad durante la fase de floración.
El 19 de diciembre, y tras obtener la correspondiente autorización del Juzgado de Instrucción número 1 de Barbastro, se llevó a cabo un operativo que culminó en la detención de tres hombres. Estos individuos eran responsables de cultivar, cosechar y secar una importante cantidad de plantas de marihuana, que posteriormente almacenaban en botes de vidrio, envases al vacío y diversos tipos de cajas y sacos, todos ellos camuflados en diferentes edificios de la misma finca.
A pesar de que el modus operandi del grupo no era excesivamente complicado, los investigadores confirmaron que existía una estructura organizativa bien definida que separaba las funciones del cultivo, la elaboración y la distribución de la marihuana. Gracias a este despliegue logístico, se llegó a encontrar un invernadero repleto de plantas que ya habían sido procesadas y estaban listas para su comercialización.
En las instalaciones, además, se intervinieron diversas cantidades de marihuana almacenadas en cajas y sacos, así como dos máquinas destinadas al secado y separación de la droga, que representan un paso crucial en la cadena de producción de la marihuana.
Uno de los domicilios inspeccionados contenía una sala equipada con mallas de secado y tamices, lo que indicaba que el lugar estaba destinado a finalizar el proceso de secado de los cogollos. Tras esta fase, los productos eran clasificados y preparados para su envasado final, que se realizaba al vacío, listos para la distribución en cantidades superiores a 200 gramos.
En total, se incautaron 90 kilos y 257 gramos de cogollos de marihuana, lo que equivale a un valor estimado en el mercado negro de más de 574.000 euros. Además, los agentes confiscaron herramientas como básculas de precisión, desbrozadoras y una secadora, todos destinados al tráfico de drogas.
Los tres detenidos, ciudadanos españoles sin antecedentes penales, han sido imputados por un delito de tráfico de drogas. Tras su comparecencia ante la autoridad judicial, quedaron en libertad con cargos mientras se espera el juicio correspondiente. La exitosa operación policial pone fin a un relevante foco de cultivo y distribución de marihuana en el Alto Aragón, destacando la importancia de la colaboración entre distintas unidades policiales en la lucha contra el narcotráfico.
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