• lunes 20 de marzo del 2023
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Endesa procede a la voladura de la chimenea de la Central Térmica de Andorra (Teruel), de 343 metros de altura

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ANDORRA (TERUEL), 16 Feb.

Endesa ha procedido este miércoles a la voladura de la chimenea de la Central Térmica de Andorra, de 343 metros de altura, para lo que se han necesitado 265 kilogramos de explosivo. Este es paso mucho más en el desarrollo de cierre y desmantelamiento de las centrales de carbón que la compañía está realizando y que completará en la península en el año 2027.

La demolición de la chimenea de la central, adjuntado con la voladura de las tres torres de refrigeración en el mes pasado de mayo, ha supuesto un jalón, no solo por el simbolismo de la composición sino más bien asimismo desde un criterio técnico. Ha sido preciso diseñar un completo trámite con el propósito de asegurar unas condiciones absolutas de seguridad y funcionales de demolición. Esta misma prevención se está aplicando en todos y cada uno de los procesos que constituyen los trabajos de desmantelamiento y demolición de la planta.

Para la demolición de esta chimenea, la tercera composición mucho más alta de España, se han empleado 170 detonadores no eléctricos, 108 conectadores de área, 8 detonadores no electrónicos y 265 kilogamos de explosivo, que se han puesto en la composición a través de taladros organizados para regentar la caída en la dirección planeada. En el emprendimiento se ha fijado un radio de seguridad de 600 metros.

La demolición se hizo a través de el empleo de pequeñas cargas recluídas de explosivo en barrenos de pequeña longitud con el fin de hallar una cuña desestabilizadora. El empleo de explosivos es el trámite mucho más seguro para demoler construcciones esbeltas y destacables, siempre y cuando el ambiente lo deja. Para hacer más simple el desarrollo de caída se hicieron, a lo largo de las semanas anteriores, trabajos de corte con diamante en la base de la chimenea.

La voladura ha producido cerca de 25.000 toneladas de restos --esencialmente hormigón--, que van a ser gestionados según con la normativa medioambiental. Estos restos van a ser valorizados en obra siendo utilizados como material de relleno por su carácter inerte, en lo que se refiere al resto del hierro que formaba la armadura del hormigón armado, se revalorizará para su posterior empleo.

Para reducir la afección del polvo derivado de la explosión se han instalado en la dirección de caída 4 piscinas de 220 metros cúbicos de aptitud que contenían agua de lluvia y que viene de los propios procesos de la central.

La chimenea de la central tenía 343 metros de altura, 23,5 metros de diámetro en su base y 9,5 metros de diámetro en la coronación. Fue construida entre 1978 y 1979 en hormigón y su peso aproximado era de 25.000 toneladas.

La central térmica de Andorra, construida entre los años 1974 y 1979, estuvo mucho más de 4 décadas operativa. Una vez que Endesa solicitó el cierre de la central en 2019, inició su desarrollo de desmantelamiento y la elaboración de un plan de futuro para la región que contempla la implantación de novedosa industria y el avance de 1.843 MW de novedosa capacidad, en esta ocasión, renovable.

El desmantelamiento de la central térmica es una operación de enorme dificultad que está movilizando varios elementos. Alrededor de 250 personas de mano de obra directa, se están ocupando de los trabajos hasta su finalización en 2025. Como acompañamiento, Endesa ha impulsado tutoriales de capacitación de los que se han beneficiado 170 personas de la región con el objetivo de fomentar la contratación local de personal especializado, una acción que permitió conformar a mucho más de 2.000 personas en toda España para distintas cualificaciones similares con esta actividad.

El aparato humano que se está ocupando de los trabajos procede en su mayor parte de viejas compañías contratistas o de habitantes en la Comarca Andorra-Sierra de Arcos y lindantes.

Desde el criterio medioambiental se está aplicando un sistema de demolición selectiva para segregar y caracterizar todas las 260.000 toneladas que constituyen el volumen de la demolición. Se ha implementado un plan de supervisión ambiental con particular atención a las emisiones y vertidos a lo largo de la ejecución de los trabajos.

Dentro del deber de economía circular por el que apuesta Endesa está sosprechada la reutilización de los restos de hormigón, siendo el propósito revalorizar el 90% de los restos que produzcan estos trabajos.

La central térmica 'Teruel', ubicada en Andorra, constaba de tres conjuntos, con una capacidad total de 1.cien MW. Cada conjunto disponía de caldera, turboalternador y torre de refrigeración. Completaban la instalación el parque de lignitos y caliza, el sistema de evacuación de cenizas y escorias, la planta de desulfuración y la chimenea de 343 metros de altura para la evacuación de los gases de combustión.

Fue construida con objeto de hacer un empleo extensivo de los lignitos negros que proceden de explotaciones ubicadas en la cuenca minera turolense, mezclados con lignitos de importación.

Durante su actividad causó 224.000 GWh, equivalentes al consumo de electricidad peninsular en el transcurso de un año. Para ello precisó 142 millones de toneladas de carbón, de las que 110,9 millones de toneladas fueron de carbón nacional y 31,7 millones de toneladas de carbón importado.

A lo largo de la vida de la central se realizaron una sucesión de actuaciones con inversiones superiores a los 400 millones de euros. Como resultado de esas inversiones la central logró normalizar las emisiones a la atmósfera en escenarios inferiores a 1 tonelada por megavatio hora producido.

La central térmica estuvo operativa mucho más de 40 años, creando un vínculo muy arraigado en la región. Una vez Endesa solicitó el cierre de la central en 2019, inició su desarrollo de desmantelamiento y la elaboración de un plan de futuro que contempla la implantación de novedosa industria y el avance de novedosa capacidad energética, en esta ocasión, renovable.

Andorra va a pasar de generar energía con carbón, a producir energía limpia con una capacidad instalada de 1.843,6 MW merced a 7 proyectos renovables hibridados, 2 proyectos de almacenaje con baterías, un emprendimiento de hidrógeno verde y un compensador síncrono.

El avance renovable planteado por Endesa para Andorra no solo es la construcción de novedosa aptitud eólica y del sol, sino más bien la hibridación de estos proyectos y el almacenaje con 2 plantas de baterías, lo que los transforma en únicos puesto que deja explotar al límite el desempeño de estas tecnologías, más calidad y seguridad energética y equilibrio en el servicio al generar el mayor número de horas viable. Las novedosas plantas renovables se situarán en Albalate del Arzobispo, Híjar, Samper de Calanda, Castelnou, Andorra, Calanda, Alcañiz, La Puebla de Híjar, Jatiel, y Alcorisa, en la provincia de Teruel.

A estos proyectos se une un electrolizador de 15 MW que dejará administrar los excedentes de energía renovable para la producción de hidrógeno verde que va a ayudar a descarbonizar industrias del ambiente, la construcción de una factoría de electrolizadores, y un compensador síncrono que dejará verter esa energía renovable con más calidad favoreciendo el buen desempeño de la red de transporte eléctrico.

Para la construcción de estas instalaciones Endesa, mediante su filial renovable Enel Green Power España, invertirá mucho más de 1.500 millones de euros y, adjuntado con el plan social y económico, producirá mucho más de 6.300 empleos en suma, de los que mucho más de 370 van a ser empleos directos unidos al emprendimiento renovable. Se sumarán, una vez esté desplegado todo el plan de avance social y económico, otros empleos equilibrados de largo período.

Todo ello eleva a 500 los cargos laborales fijos y de largo período que producirá este plan de Endesa y sus 30 asociados en 2028, lo que piensa sobrepasar los empleos directos y también indirectos que producía la central térmica.

Estas ideas renovables van a tener una hibridación mucho más, en esta ocasión con el campo primario.

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