En la jornada del 5 de enero, la situación hidrográfica en la región aragonesa ha captado la atención de las autoridades y ciudadanos por igual, especialmente en Zaragoza, donde el río Ebro presenta un considerable caudal de 212 metros cúbicos por segundo. Esta medición, que se registró a las 10:15 horas, implica una altura del río que alcanza los 1,37 metros, lo que refleja no solo la vitalidad de este importante cauce fluvial, sino también la necesidad de estar alerta ante posibles cambios en sus condiciones.
Asimismo, en la localidad navarra de Castejón, el Ebro ha mostrado un caudal de 202 metros cúbicos por segundo y una altura de 2,84 metros, cifras que aportan una visión más amplia sobre la situación de los ríos en la cabecera del Ebro. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) continúa monitorizando estos datos a través del Servicio Automático de Información Hidrológica (SAIH), garantizando así que la información sea accesible y precisa.
En cuanto al río Gállego, que también fluye por la capital aragonesa, se ha registrado una altura de 0,74 metros y un caudal de 13,24 metros cúbicos por segundo. Estos números son indicativos de un flujo consistente, lo que puede considerarse positivo desde una perspectiva de recursos hídricos, aunque sin caer en la complacencia, ya que cualquier variación climática podría alterar rápidamente estas condiciones.
Por otro lado, en la estación de Calatayud, el río Jalón presenta una altura de 0,61 metros y un caudal de 7,66 metros cúbicos por segundo. Mientras tanto, el río Cinca, en Escalona, Huesca, muestra una altura de 1,07 metros, cifras que, aunque menores, son igualmente significativas para entender el comportamiento hídrico de esta parte de Aragón. Estas mediciones permiten a los responsables de la gestión del agua tomar decisiones más informadas y mantener bajo control el equilibrio ecológico de la región.
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