ZARAGOZA, 4 Ago.

El Indicador de Confianza Empresarial (ICE) elaborado por la Fundación Basilio Paraíso de la Cámara de Comercio de Zaragoza y también Ibercaja se ubica en -2,7 en el segundo período de tres meses de 2022, un valor negativo propiciado por la volatilidad de la coyuntura. Si bien las previsiones señalan a un desarrollo económico, la precaución
de los hombres de negocios ha incrementado y su nivel de seguridad ha bajado.

La ralentización del desarrollo merced a la persistencia
de indecisión, unido a la subida de géneros de interés por la parte del Banco Central Europeo para contener la inflación influye en las esperanzas de los hombres de negocios aragoneses.

Resulta considerable la diferencia entre campos. Mientras los hombres de negocios del campo secundario valoran de manera ostensiblemente mucho más efectiva que los del ámbito servicios el período de tres meses recién acabado que el venidero, la opinión de las compañías del comercio y de los servicios es menos fatalista que las del campo secundario respecto del tercero.

Si se desagrega el Índice de Confianza Empresarial en los 2 subindicadores que lo constituyen --el de situación y el de esperanzas--, el indicio de situación consigue un valor de manera significativa inferior al cosechado en la oleada previo (1,1 en oposición al 3,1), y el índice de esperanzas recula de manera mucho más acusada (-6,5 en oposición al 1,9).

La ralentización en el desarrollo económico incentiva que se acreciente el porcentaje de compañías aragonesas que ubican a la debilidad como el aspecto primordial que lastra su facturación (on line, por otro lado, con la inclinación histórica). Casi seis de cada diez de esta forma lo expresan, quince puntos porcentuales mucho más que en la oleada previo de esta encuesta, según el ICE.

No obstante, la carencia de mano de obra cualificada (12 %) sigue como la segunda causa en relevancia para argumentar la carencia de desarrollo en la actividad, seguida del incremento de la rivalidad (8 %).