ZARAGOZA, 8 Oct.
El Ayuntamiento de Zaragoza entregará este domingo, 9 de octubre, en el estadio municipal de La Romareda, la Medalla de Oro a título póstumo al exfutbolista José Luis Violeta. Será en los minutos anteriores al comienzo del partido del Real Zaragoza-Real Oviedo, enmarcado en el primer fin de semana de las Fiestas del Pilar.
El acto de distribución se efectuará en el césped de La Romareda, frente a la afición zaragocista, donde la familia del jugador va a recibir la Medalla de manos del alcalde de la ciudad más importante aragonesa, Jorge Azcón, acompañado por la directiva del club. Previamente, va a tener sitio un acercamiento mucho más privado en las dependencias del antepalco, han correcto desde el Consistorio zaragocí.
La iniciativa de concesión de la Medalla de Oro fue ratificada unánimemente en el Pleno Municipal para rendir homenaje a de los mejores players de la historia del Real Zaragoza, fallecido el pasado 5 de mayo.
José Luis Violeta nació en 1941 y estudió en el instituto de San Antonio, lugar desde donde todos y cada uno de los días, al irse, iba con sus compañeros a conocer los adiestramientos del Real Zaragoza. Siendo un niño, jugó en los equipos del River y Juventud hasta el momento en que llegó al Real Zaragoza. Debutó con la remera del primer aparato en la temporada 1963-1964, en oposición al Pontevedra, en la primera día de Liga.
Conocido como 'El León de Torrero' fue entre los 2 players que mucho más ocasiones vistió la remera blanquilla, en un total de 473 encuentros. Violeta jugó a lo largo de 14 temporadas en el Real Zaragoza, fue capitán y perteneció a 2 de las plantillas mucho más simbólicas del club, la de 'Los Espléndidos' y la de 'Los Zaraguayos'.
Con estos conjuntos llegó a apoderarse distintas reconocimientos de deportes como la Copa de Ferias de 1964 o el subcampeonato de Liga en la temporada de 1974-1975. José Luis Violeta fue asimismo en todo el mundo con la selección de españa en 14 oportunidades.
Calificado como un deportista admirable y un zaragocí ejemplar, Violeta mostró, durante toda su historia profesional y laboral, una admiración honesta tanto al Real Zaragoza como a su localidad, de la que se transformó en un embajador alén de sus fronteras.