Crónica Aragón.

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Desaparece imagen del empresario en Latre (Huesca) y desata confusión.

Desaparece imagen del empresario en Latre (Huesca) y desata confusión.

El pequeño y tranquilo pueblo de Latre, que forma parte del municipio de Caldearenas en la encantadora comarca pirenaica del Alto Gállego, se encuentra en una situación de desconcierto y controversia. Esto se debe a la desaparición de una imagen que retrataba a un empresario local como San Matías, la cual apareció en el contexto de una restauración controvertida de la lonja de la iglesia románica de San Miguel. Esta acción ha suscitado opiniones divididas entre sus escasos habitantes, así como una gran atención mediática y en redes sociales, provocando comparaciones inmediatas con el célebre ‘Eccehomo’ de Borja, en Zaragoza.

La restauración, que se llevó a cabo sin la aprobación del Ayuntamiento de Caldearenas ni del Obispado de Jaca, fue financiada por Eduardo Lacasta, un empresario que ya había sido condenado en 2020 por defraudar 45 millones de euros a particulares y diversas administraciones, incluyendo al Gobierno de Aragón y la Agencia Tributaria. Este contexto ha añadido una capa de polémica al ya de por sí escandaloso destino de la imagen.

El alcalde de Caldearenas, Primitivo Grasa, quien este viernes se encontraba en la capital aragonesa participando en una reunión, compartió con Europa Press que su teniente de alcalde, José Ignacio Ubieto, estaba en el templo respondiendo a las consultas de los medios cuando, en un lapso de “una o dos horas”, recibió una llamada informándole que la imagen de Eduardo había desaparecido, dejando a San Matías con un aspecto completamente distinto.

Este sorprendente acontecimiento, sucedido recientemente, ha dejado atónitos a los pocos vecinos de Latre, que apenas suman nueve habitantes, mientras que en todo el municipio de Caldearenas no se llega a los 250. A pesar de la magnitud del revuelo, el alcalde señaló que algunos vecinos aún podrían no haberse enterado, dado que no se ha visto al artista responsable de la intervención, Sergio Abraín, ni a otros implicados en el asunto.

Grasa, consciente de la diversidad de opiniones en la comunidad, ha declarado que no puede hablar en nombre de todo el pueblo, ya que hay quienes desean que la imagen desaparezca y que la iglesia regrese a su estado original, en contraste con otros que no consideran el asunto de gran relevancia. La frustración entre algunos residentes también se agudiza, dado que San Matías no es un santo de especial culto en Latre, siendo Santa Bárbara la patrona reconocida del lugar y venerándose a San Miguel Arcángel en su parroquia.

Con el objetivo de encontrar una solución equilibrada, el alcalde ha propuesto la celebración de una reunión “a tres bandas” entre el Ayuntamiento, el Obispado de Jaca y los vecinos, para así llegar a un consenso que contemple todas las perspectivas.

Primitivo Grasa ha indicado que en el pueblo conocen bien a Eduardo Lacasta, quien es visto de manera habitual como “Eduardo”, dado que tiene raíces en Latre donde posee una casa, aunque reside en Zaragoza y visita la localidad altoaragonesa los fines de semana.

Una vecina de Caldearenas, que prefirió permanecer en el anonimato debido a la polarización de opiniones entre los habitantes, manifestó a Europa Press que sería apropiado tomar las medidas necesarias. Esta residente expuso su cansancio hacia el alboroto que ha generado la situación, lamentando que el pueblo sea noticia solo por “alguna barbaridad”, y opinando que se ha menospreciado la esencia del patrimonio románico de la iglesia de Latre, que posee un valor “incalculable”.

En cuanto a Eduardo Lacasta, quien ha sido descrito como una mezcla entre "Gil y Gil y Torrente", la vecina enfatizó que todos son conscientes de “las cosas que ha hecho”, aludiendo a su condena por fraude. Por su parte, Lacasta se defendió en el programa ‘Aquí y Ahora’ de Aragón TV, confirmando que él había encargado la intervención en la iglesia, aunque no sabía que su rostro aparecería como el de San Matías, y aseguró que se enteró una vez que la obra ya estaba finalizada. “Los santos no tienen cara, el artista se inventa una imagen”, argumentó, aunque admitió que la representación podría, en algún sentido, asemejarse a él.