La festividad de la Virgen del Pilar en Zaragoza sigue marcando un hito de devoción y tradición, con un aumento significativo en las ventas de flores y la participación activa de la comunidad y turistas de todo el país. Esta celebración anual es un símbolo de amor y respeto hacia la Virgen, convirtiendo a Zaragoza en un espectáculo de color y alegría.
Este año, las ventas de flores han experimentado un incremento del 5% en comparación con los años anteriores, mostrando la resiliencia de esta tradición zaragozana. La festividad, al caer en sábado, ha propiciado la participación masiva de grupos y familias, que se preparan con entusiasmo para rendir homenaje a la Virgen con flores y vestimenta tradicional.
El presidente de la Asociación de Floristas de Aragón, Rubén Cebollero, destaca que el número de grupos inscritos este año ha aumentado en un 21% con respecto al año anterior, sumando alrededor de 14.400 participantes. Este renovado fervor se refleja no solo en la cantidad de participantes, sino también en la diversidad de flores elegidas para la ofrenda.
La Ofrenda de Flores va más allá de ser un simple acto floral; es una expresión cultural y religiosa que une a los zaragozanos con sus raíces. Desde sus inicios en el siglo XVII, este evento ha crecido en magnitud y relevancia, convirtiéndose en una de las tradiciones más emblemáticas de Zaragoza, con participantes ataviados con trajes regionales.
La estética y tradición son aspectos fundamentales durante la celebración de la Ofrenda. Los oferentes deben seguir normas estrictas en cuanto a vestimenta y accesorios para mantener viva la esencia de la festividad. Elementos como el pañuelo de cabeza, el calzado adecuado y la ausencia de accesorios modernos son requisitos indispensables para preservar la autenticidad del evento.
El espíritu de la Ofrenda se vive en cada calle por la que los grupos avanzan con sus ramos de flores, transmitiendo amor y devoción a la Virgen. La diversidad de ramos presentados, desde el clásico ramo de doce claveles rojos hasta otras opciones personalizadas, reflejan la conexión y compromiso de la comunidad con esta tradición ancestral.
Los turistas que visitan Zaragoza durante las Fiestas del Pilar se suman a la celebración, disfrutando de la rica oferta cultural e histórica que la ciudad ofrece. Los hoteles, restaurantes y comercios se benefician de la afluencia de visitantes, que vienen a vivir en primera persona esta festividad emblemática y a degustar la exquisita gastronomía aragonesa.
La gastronomía juega un papel crucial durante las Fiestas del Pilar, con platos típicos aragoneses como el ternasco de Aragón, las migas a la pastora o las borrajas con almejas atrayendo a los comensales. Los restaurantes tradicionales de la ciudad, como Casa Lac, El Tubo o Los Cabezudos, se llenan de turistas en busca de sabores auténticos y tradicionales.
Para los amantes de la gastronomía informal, la zona de El Tubo es el lugar ideal para disfrutar de tapas y vinos de la región. Tapas como el jamón de Teruel o las albóndigas caseras acompañadas de vinos locales de la Denominación de Origen Cariñena son opciones imperdibles para los turistas que deseen explorar los sabores de Zaragoza.
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