Avance en la delimitación de montes de utilidad pública en Aragón.

El Servicio Provincial de Medio Ambiente de Zaragoza ha finalizado un deslinde en el término municipal de Murillo de Gállego, en un avance significativo para la delimitación de los montes de utilidad pública en Aragón.

Este deslinde, realizado en el monte 158 de Murillo de Gállego, es una muestra del compromiso de las secciones de defensa de la propiedad de los Servicios Provinciales de Medio Ambiente en Aragón desde 2005.

Estas secciones se dedican a realizar estudios y acciones de deslinde de la propiedad en los montes de utilidad pública y en las vías pecuarias, como parte de la importante tarea de defensa de la propiedad de los montes de utilidad pública por parte de la Administración Forestal autonómica.

El deslinde y posterior amojonamiento son procesos clave para garantizar la protección y gestión adecuada de los montes de utilidad pública, como se ha visto esta semana con la finalización del deslinde del Monte de Utilidad Pública 158 en Murillo de Gállego, propiedad del Ayuntamiento.

Las labores realizadas han consistido en marcar con precisión los límites de la propiedad pública, georreferenciar los puntos con tecnología GPS y levantar actas firmadas por todos los interesados presentes, para luego generar los planos correspondientes.

El ingeniero a cargo, Ignacio Pérez-Soba, destaca la importancia de conocer con exactitud los límites de los montes de utilidad pública para su correcta gestión y protección, así como para establecer de manera definitiva el estado posesorio del monte público a través del deslinde.

En la provincia de Zaragoza existen 537 montes de utilidad pública que suman 380.000 hectáreas, representando más del 20% de la superficie provincial y constituyendo la base territorial de la gestión forestal autonómica.

Los trabajos de deslinde se basan en un exhaustivo estudio de documentación histórica y en el testimonio de personas conocedoras de los montes, lo que en el caso del Monte 'Pardina Nueva' ha revelado un valioso patrimonio documental, cultural y etnográfico.

Al revalorizar y documentar estas señales consuetudinarias, se cumple una función de defensa jurídica de la naturaleza y se rescata un patrimonio histórico y cultural olvidado, como destaca Ignacio Pérez-Soba.